Jamás habría imaginado que me cruzaría con Samantha en ese lugar, no después de todos los años que estuvimos alejadas de la otra.
Su cabello, antes castaño ahora era cobrizo. Reflejaba seguridad e intimidación. Sabía que la niña que alguna vez fue mi amiga ya no se encontraba allí.
–Amelie Daenzer–Sonreí con esfuerzo, extendiendo mi mano.
Sus padres me saludaron de la misma manera ¿Por qué también fingían demencia? ¿Acaso habían olvidado la manera en la que me trataron en el pasado?.
Quería preguntarle tantas cosas a Samantha, pero en cambio, salí casi huyendo del lugar, sin saber con quien desahogarme. Las situación estaba sobrepasando mis límites.
El frío del aire choco en mi cara mientras fumaba, se había vuelto una adicción constante.
–Mi madre me pidió que saliera a buscarte. Se preocupó por la repentina actitud que tomaste–El inglés de Marcus aún provocaba sensaciones en mi cuerpo.
–Quiero estar sola–Me crucé de brazos, observando de reojo como se colocaba a mi lado.
–¿Esta todo bien?–Llevó las manos a sus bolsillos, posando un semblante preocupado.
–¿Desde cuándo te importo?–Rodé los ojos, deseando que se fuera de una maldita vez.
–Te noto extraña, solo es eso...
–¿Ya olvidaste tu pequeña advertencia?.–La noche en la que llegó con mi hermano atravesó mis pensamientos de manera inmediata.
-Ese alemán te engañara tarde o temprano Amelie.-Solto con descaro.
–¿Cómo puedes decirme algo así? ¿No logras entender que fuiste tú quien me engaño, Marcus?–Frunci el ceño, la paciencia no existía en mi cuerpo cuando hablaba con él.–Sabias que Mila era una de las personas que más daño me hizo, y no te importó. ¡¡Gasté todos mis malditos ahorros para comprar un vuelo, quería solucionar lo nuestro porque no quería perderte!!.–El cigarro cayó de mis dedos al empujarlo.–¿Y que fue lo que tu hiciste para salvar nuestra relación?... ¡¡Acostarte con ella!!.
–¡¡Fui un completo idiota que no te valoró, Ann. No sabes cuántas noches he deseado que lo nuestro vuelva a ser como antes!!–Se encogió de hombros, intentando tomar mis manos, cosa que le impedi.–Odio saber que Tom ahora tiene un lugar que alguna vez me perteneció a mí...
–Ese lugar siempre le perteneció a él–Caminé en dirección contraria, sin conseguir que me dejará en paz.
–¿Cuál es la diferencia entre los dos? ¿Por qué crees que no se terminará metiendo en la cama con otra?–Jaló mi muñeca, y giró mi cuerpo por completo.–Si lo hizo la misma noche en la que me golpeó. Una persona como el jamás cambiará.
–Ya callate–Traté de soltarme de su agarré, pero Marcus tomó mi cintura con fuerza y me terminó de acercar a su cuerpo.–¿Estas celoso porque sabes que le tengo la confianza que jamás te tuve a ti?.
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𝐔𝐧𝐚 𝐬𝐨𝐥𝐚 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐬𝐢ó𝐧; 𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳 (EDITING)
Romans𝐀𝐦𝐞𝐥𝐢𝐞 𝐃𝐚𝐞𝐧𝐳𝐞𝐫, una joven que vive en Berlín desde sus 9 años encuentra la oportunidad ideal para trabajar con una de las marcas más importantes del momento, sin imaginar que se cruzara con un amor del pasado. 𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳, dec...