La semana que menos deseaba había llegado finalmente. La banda planeó un concierto en Berlín justo antes de irse de gira por toda Europa. Asistiríamos mis amigas y yo para apoyarlos desde la primera fila. Por supuesto que esa era una de las ventajas que teníamos al compartir un vínculo cercano con ellos.
–¡¡Apresúrate, Amelie. Llegaremos tarde por tu culpa!!–Gisselle me gritó desde la primera planta. Yo y mi impuntualidad como siempre.
Al bajar por las escaleras, observé primero a Elizabeth, quien llevaba un corset rojo junto a una falda de cuero negra. Gisselle en cambio, usaba un short blanco y una camisa sin tirantes rosa. Finalmente yo había optado por vestir un pantalón de tiro alto, junto a una camisa de manga larga verde militar.
Los guardaespaldas de la banda ya nos esperaban a las afueras de mi casa. Serían los encargados de llevarnos hasta el estadio, mismo en donde tocarían.
–Buenas noches, señoritas. Adelanté.–Uno de ellos abrió la puerta de la camioneta con amabilidad.
Me acomodé en el centró de mis amigas, y durante todo el trayecto nos tomamos fotos. Estaba nerviosa y entusiasmada, ya que sería la primera vez que estaría en un concierto de Tokio Hotel.
Los fans ya esperaban el acceso al lugar al momento de llegar. Los gritos resonaban por las afueras, y muchos carteles llamativos destacaban en la zona.
Los guardaespaldas nos escoltaron hasta la parte trasera para evitar a la multitud. El largo pasillo nos condujo hasta el centro del estadio. ¡Era enorme!.
–Necesito una foto de este lugar, se ve increíble–Elizabeth le entrego su cámara a Gisselle. Ambas se veían más que felices.
Luego de una sesión de fotos improvisada, los guardaespaldas nos guiaron hasta el final del pasillo. Las voces y las risas de la banda no tardaron en aparecer junto al canto de mi pelinegro favorito.
Mis ojos se desviaron hacía Bill, el cual se encontraba calentando su garganta. El resto intentaba inhalar y exhalar en un intento desesperado por controlar sus nervios, cosa que me parecía bastante graciosa.
–No me imagino como estará el estadio en un rato, hay demasiada gente afuera.–La voz de Gisselle capto la atención del resto.
Bill corrió a abrazarme, estaba igual o peor de nervioso. Lentamente, comencé a masajear su espalda, era una técnica que solia utilizar mi mamá para que me tranquilizará.
-No quiero que mi voz me falle,que tal si me caigo en el escenario.-Suspiro tomándome de los hombros.
–Todo estará bien, lo harás increíble–Le regale una pequeña sonrisa mientras él asentía.
Sus amigos se acercaron para saludarnos. Me parecía peculiar la manera en la que Georg demostraba su afecto con Elizabeth, y esos eran empujen muy poco amables.
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𝐔𝐧𝐚 𝐬𝐨𝐥𝐚 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐬𝐢ó𝐧; 𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳 (EDITING)
Romance𝐀𝐦𝐞𝐥𝐢𝐞 𝐃𝐚𝐞𝐧𝐳𝐞𝐫, una joven que vive en Berlín desde sus 9 años encuentra la oportunidad ideal para trabajar con una de las marcas más importantes del momento, sin imaginar que se cruzara con un amor del pasado. 𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳, dec...