𝐀𝐦𝐞𝐥𝐢𝐞 𝐃𝐚𝐞𝐧𝐳𝐞𝐫, una joven que vive en Berlín desde sus 9 años encuentra la oportunidad ideal para trabajar con una de las marcas más importantes del momento, sin imaginar que se cruzara con un amor del pasado.
𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳, dec...
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Los gritos por parte del grupo de amigos se hicieron presentes después de que Amelie les contara con lujo de detalle todo lo que había ocurrido la noche anterior.
–No puedo creer que tú seas la chica que mi hermano estuvo buscando los últimos días–El pelinegro abrazo a la menor con una sonrisa entusiasta.–Ahora entiendo porque llego cantando a la suite.
–¡¡Tom Kaulitz te vendo el pie!! Eso significa que te ama–Elizabeth exageró la situación, parecía ser la más emocionada de los cuatro.
–Mujer, no exageres. Te recuerdo que su hermano está presente–Gisselle suspiró con pena. No queria causarle una impresión incorrecta al gemelo.
–¿¡Olvidas que la beso!?–La pelirroja aplaudió un par de veces antes de abrazar a su amiga, quien se limitaba reír debido a su actitud.–Amelie, estoy segura de que serás la envidia de las niñas prematuras. ¡¡Tom Kaulitz te cargó entre sus sexys brazos!!.
–Cierto... olvidaba a los medios.–Suspiró la mencionada. Aquella experiencia en la plaza le había dejado un mal sabor de boca.–Como sea, solo somos amigos.
–¿Amigos?–El masculino la miró con incredulidad.–Conozco a mi hermano perfectamente, y te puedo asegurar que no quiere una amistad contigo.
–Tampoco una relación formal–Aseguró su mejor amiga. Gisselle jamás dejaría de ser realista.
–Ni una noche sexo.–Finalizó la pelirroja, con una expresión juguetona.
¿Entonces que quería el guitarrista? Porque Amelie había dejado de tolerar las mentiras desde su última relación.
El grupo cruzo miradas entre sí, tan solo esperaban que Tom no tuviera malas intenciones con la castaña.
–Cambiando de tema...–Gisselle tomó la palabra después de unos segundos.–La sesión de fotos concluyó esta mañana.
–¡Seremos el tema de conversación en internet durante las próximas semanas!–Elizabeth mostró su dentadura, la felicidad no podía pasar desapercibida.–Yo opinó que salgamos a celebrar.
–Me encanta la idea, necesito distraerme un poco. Las entrevistas y las firmas de autógrafos me tienen en el borde–Comentó el pelinegro mientras suspiraba.–Invitemos a mi hermano.
–¡¡Me parece genial!!.–Las chicas gritaron al mismo tiempo, a excepción de Amelie.
–Crei que estaba durmiendo... ya saben–Rascó su cabeza, utilizando un tono bajo. ¡No esperaba ver tan pronto al guitarrista!.–Aparte, no creo que quiera salir...
–No hasta que le diga que tú vas a ir–Bill la abrazo por los hombros.
–¡Te mueres por verlo, Mili!–La pelinegra sonrió con picardia.–Vamos, di que si.
Amelie alternó miradas con cada uno de ellos. En el fondo, le parecía una buena oportunidad para presentarle a sus amigas.
