𝐀𝐦𝐞𝐥𝐢𝐞 𝐃𝐚𝐞𝐧𝐳𝐞𝐫, una joven que vive en Berlín desde sus 9 años encuentra la oportunidad ideal para trabajar con una de las marcas más importantes del momento, sin imaginar que se cruzara con un amor del pasado.
𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳, dec...
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Amelie se preparaba para la gala, un evento elegante que prometía ser la tarde más importante para su padre. Samantha, su mejor amiga, la acompañaba en los preparativos. Amelie había elegido un vestido verde esmeralda, que resaltaba su belleza y realzaba su figura. Su cabello lacio y un maquillaje sutil completaban el look.
Un nutrido grupo de policías, infiltrados en la celebración, garantizarían la seguridad y la captura de Ben en caso de que intentara escapar. Ryan y Paul, por su parte, permanecerían ocultos, listos para actuar en el momento preciso.
Una vez listas, las amigas se despidieron de los chicos y se dirigieron al evento en el auto de Samantha. Al llegar, se separaron para cumplir con sus respectivas responsabilidades.
–Qué bella se ve mi pequeña–dijo el adulto, abrazando a su hija con cariño. Era evidente la felicidad que irradiaba.
Amelie forzó una sonrisa. La situación era complicada.–Gracias, papá... ¿Estás emocionado?
–No tienes idea, por fin podré hacer mi relación pública después de tantos meses.
La chica sintió un nudo en la garganta. Sabía que destruiría las ilusiones de su padre, pero era lo mejor. No permitiría que se involucrara con alguien como Rebecca.
–Me hubiera encantado que tu hermano estuviera aquí. Negó mi invitación rotundamente–su padre suspiró, visiblemente molesto por la actitud de Dylan.
–Lo está procesando de forma diferente... Dale su tiempo–la castaña lo tomó de las manos, intentando tranquilizarlo.–Disfruta, este es tu día, papá.
El señor asintió, observando a su prometida detrás de ella. Se notaba la duda en su mirada, pero él estaba decidido a seguir adelante.
-Mi hijastra tan linda como siempre.-Tomo por sorpresa a Amelie.
–Rebecca… lo mismo digo, qué joven te ves–Sonrió, sabiendo que la señora lo tomaría como una burla.
La adulta fingió amabilidad frente a su padre.–Mis dos amores, me alegra tanto que se estén llevando bien–El hombre las tomó de la espalda y las condujo al gran jardín donde se daría la noticia.
Ambas cruzaron miradas hipócritas. No estaban cómodas con la presencia de la otra. El pasto verde relucía en el lugar, que estaba decorado con mesas blancas para que los invitados pudieran comer. Al frente, se ubicaba un pequeño escenario donde Mike pasaría a anunciar su compromiso.
Los tres se dispusieron a sentarse en la mesa del centro para platicar un rato sobre su nueva etapa después de su matrimonio.
–Mi príncipe, qué guapo te ves–la madre observó cómo Ben se acercaba a la mesa. El chico llevaba un elegante traje azul a juego con su corbata. Era de esperarse, todos los invitados llevaban etiqueta de vestimenta.
–Me avergüenzas con el apodo delante de mi nueva familia, madre–fingió comodidad mientras se acercaba a darle un abrazo corto al hombre. Luego de unos segundos, fue con la castaña.–Mira la estúpida sonrisa de tu padre, quitarsela no sería problema–susurró en su oído rápidamente para después separarse.
