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Episodio 4: Fatal pero impactante.

Al día siguiente, Lara se sentó en el salón con el pintor que vino a pintar su retrato. Ella estaba observando a sus sirvientas que estaban limpiando la habitación. En su vida anterior, fue el ídolo de sus doncellas.

No había mejor empleador que alguien crédulo, ingenuo y generoso.

—Mi señorita, eres como un ángel.

— El príncipe será el hombre más feliz del mundo. Porque está recibiendo el amor de alguien tan amable como mi señorita.

—Me gusta mucho, mi señorita. No nos olvides cuando te conviertas en Reina más tarde. ¿Okey?

Lara escuchaba palabras que eran lo suficientemente dulces como para derretir sus oídos. Esas sirvientas eran las que pasaban más tiempo al lado de Lara desde la mañana hasta la noche. Eran ingeniosos y hábiles para mentir.

—Mi señorita es tan amable y elegante.

Mi señorita es realmente hermosa y encantadora.

Me gusta mucho mi dama. Mi señorita es la mejor.

Mi lady es todo lo que necesito.

Se sentía como si todas las palabras bonitas del mundo salieran de la boca de esas sirvientas.

Entonces ella fue engañada.

Estaba destinada a ser engañada.

Siempre que estaba de buen humor, les entregaba joyas, les subía el sueldo y les prometía que entrarían juntas al palacio real. Cuando supo que una doncella no podía ser la dama de honor en el palacio real, Lara pensó que la entenderían.

—¡Esa estupidez! Ella lo arruinó. ¡Tenía muchas ganas de hacerlo ya que lo dijo como si estuviera segura de que entraríamos al palacio real!

—Me siento mal por el príncipe. Tiene que vivir con una perra tan ignorante como la santa. ¿Qué tan frustrante sería eso?

—¿Es ella realmente una santa? Todo lo que sabe hacer es quedarse quieta y fingir que ora.

—Si algo como ella podría ser una princesa consorte, incluso yo puedo hacerlo.

Lara se sorprendió cuando descubrió sus verdaderos sentimientos. Su rostro se calentó y su corazón latió como si fuera a explotar. Si había una madriguera, al menos quería esconder la cabeza y llorar. Entonces era así.

—Mi señorita, hemos terminado de limpiar.

Lara estaba perdida en sus pensamientos cuando sus doncellas se acercaron a ella e inclinaron suavemente la cabeza.

—Sal si has terminado.

—...¿perdón?

—Sal. Dijiste que terminaste.

Las doncellas estaban nerviosas y miraron a Lara.

Antes de esto, cuando le decían que habían terminado con la limpieza, ella les decía que vinieran y se sentaran con ella, luego les daba una parte de los bocadillos. A veces, les entregaba dinero de bolsillo y los guardaba con ella a propósito para que no tuvieran que hacer el trabajo sucio en otro lugar.

Dijo Lara.

—¿Qué estás haciendo? Todos, excepto Konny, salgan. No te quedes por aquí.

—Sí, ... mi lady.

'¿Milady siempre ha sido tan inexpresiva'

'No era una belleza atractiva, pero tenía una personalidad dulce. Ella era tan ingenua, como una tonta. Fue tan fácil usarla.'

LaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora