Lara

174

Algo similar se ha repetido muchas veces desde entonces. Trató amablemente al joven diablo porque era lindo, pero apareció con un cuchillo y declaró un desafío, diciendo que el diablo bueno no es el diablo.

Al final, Demian, que se despertó de dormir en la cama de Lara, agarró al joven diablo por el cuello con cara de irritación y lo tiró por la ventana.

El diablo, un mago talentoso reconocido por Vassago, también vino y causó disturbios. Sin embargo, Demian, corrió con cara de enojo y lo aplastó. El mejor guerrero del infierno y el mejor cazador del infierno eran lo mismo. Incluso si cruzaban las paredes llamadas Vassago y Paimon, Demian se paró y evitó que se acercaran a Lara.

Todo lo que Lara tenía que hacer era quedarse quieta y convertirse en la mujer malvada del mundo y dar órdenes.

—Es barato.

—Sí, mi señora.

—El sonido de los chorros es tan molesto. Dile que se calle.

—Obedeceré tus órdenes.

Cuando los demonios que destruyeron el castillo, Vassago los movilizó para el trabajo de reconstrucción, Lara incluso les tapó la boca, diciendo que era ruidoso.

Otro.

Con un atuendo llamativo, apareció un demonio con varios esclavos, miró de arriba abajo a Lara y se rió de ella abiertamente.

—¿Eres el nuevo rey demonio? Oh, Dios mío. Una mujer sin encanto. Los humanos son repugnantes. ¡Huele a pescado!

Lara dijo sin mucha inspiración.

—Paimon, encárgate.

—Sí, mi señora.

Paimon se apresuró y agarró el cabello del diablo.

—¡Ahhhhhhhhhhhhhhh!

—Sácalos a todos. No dejes que su cabello desordenado vuele frente a mí otra vez.

—Sí, mi señora.

Paimon se rió a carcajadas y arrastró al diablo. Después de ese día, se agregó un demonio sin pelo al sitio de reconstrucción del castillo en Vassago.

Incluso durante la feroz guerra de clasificación en el infierno, Lara estaba confundida al seguir pensando en regresar a casa. Las puertas del infierno están completamente cerradas, por lo que no podría irse tan fácilmente. Era un deseo que había pedido a costa de Abraxas, pero ahora no podía volver a abrir la puerta cerrada.

Si no había manera, Lara simplemente viviría en el infierno para siempre. Fue muy triste no poder conocer a las personas que amaba, pero eso no se arrepentía.

Vassago insinuó a Lara, quien estaba preocupada.

—No es que no haya manera en absoluto, pero lamento decirlo. Hay pocas posibilidades.

—Dime.

—Alguien en la tierra de los hombres puede hacer un valioso sacrificio y convocar al diablo.

La cara de Lara se puso rígida. Vassago continuó hablando con dulzura, dejando caer sus cejas blancas al máximo.

—Tiene que ser un gran sacrificio. Ahora que el Señor ha corregido el orden del mundo humano, todos los adoradores del diablo deben haber desaparecido.

Por eso dijo que había pocas posibilidades. Todos los adoradores del diablo viven aquí, en el infierno, como esclavos.

—¿Cuánto?

Preguntó Demian. Entonces Vassago se palmeó la barbilla y murmuró.

—Ni humanos, ni animales. Lo mismo ocurre con los magos negros. Tienes que sacrificar a un demonio de sangre pura, pero no hay demonios allí.