Lara

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Lara continuó con Demian escuchando.

—El príncipe Sidhar es un miembro de la familia real hasta la médula. Es extraño... cuando suplicó que le salvaran la vida.

—Puede ser porque le tiene miedo al demonio.

—El príncipe que yo conocía hubiera preferido decirles a los adoradores de demonios que el demonio estaba en su cuerpo. Entonces, él puede reinar como un Rey entre ellos.

—Veo.

—El Príncipe solo se arrodilla frente a los demás cuando ya termina de calcular que sus acciones aumentarían su valía.

Demian entrecerró los ojos azules. Ahora que Lara lo mencionó, todo lo que dijo tenía sentido.

***

Cuando los lobos mercenarios dijeron que habían capturado al príncipe Sidhar, Lara sintió una profunda sensación de discrepancia tan pronto como lo vio.

El Príncipe, que había perdido su poder, debe haber sido una carga inútil para los hechiceros negros, por lo que ella podría entender por qué abusaron de él. Sin embargo, no podría haber imaginado que el príncipe Sidhar se habría abandonado por completo a tal amenaza.

Sidhar Hautean era alguien que quería sentarse en el trono incluso si tenía que matar a su hermana menor y a su padre. Además, en el mundo mostrado por su Dios, admiraba el poder del demonio y no dudó en convertirse en uno de sus seguidores. ¿Pero ahora suplicaba con lágrimas en el rostro solo porque la marca del sacrificio estaba grabada en su cuerpo?

Era como si estuviera mirando a otro ser que usa la apariencia del Príncipe.

Incluso después de regresar a la posada desde el templo, Lara dejó al Príncipe solo por un tiempo. Fue lo mismo para el día siguiente. Dejó al príncipe en manos de Valentine y los lobos y se concentró en aliviar la fatiga del viaje.

Los lobos se turnaron para monitorear al Príncipe. Después de escuchar que el demonio podría haber descendido al cuerpo del Príncipe, dijeron frente al Príncipe mismo que sería mejor mantenerlo en un estado vegetativo.

Lo hicieron a propósito. Aun así, el Príncipe ni se rebeló ni intentó escapar. Era obediente como un prisionero sumiso. Tomó la pastilla para dormir hecha por Valentine y durmió todo el día.

El día en que el grupo decidió partir nuevamente hacia la capital del Imperio después de descansar dos días, Lara vino a buscar al Príncipe.

—Gracias... por salvarme.

Dijo el Príncipe. Lara se quedó lejos, mirándolo con desdén, como de costumbre.

—¿Cómo paso?

—¿Qué?

—¿Cómo puedes ser el sacrificio? ¿Estás loco? Sé que eres un cobarde, pero ¿de verdad quieres ser rey, aunque tengas que sacrificarte?

—¡No es así!

—Entonces, cuéntame qué sucedió realmente. ¿Te eligió el demonio?

Preguntó Lara.

La expresión del Príncipe era natural. Las puntas de sus ojos se cerraron por el dolor, su cuerpo se estremecía cada vez que sentía dolor en la herida. Cada parte de él se sentía como un ser humano, pero no se sentía como el verdadero príncipe Sidhar.

—No sé. El hechicero negro me dijo que ofreciera algo al altar, así que lo llevé arriba... Pero cuando recobré el sentido, mi cuerpo ya estaba así.

—¿Qué clase de demonio es Valac?

—Laviore, es un demonio muy poderoso y aterrador. No sé por qué dejó una marca en mi cuerpo ... ¡Pero está claro que, si muero, él nacerá de mi cadáver!