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Episodio 12: Tus labios deben haber sido creados por el diablo y mi corazón debe haber sido creado por el ángel.

Una sutil iluminación mágica iluminó el salón de fiestas.

Varias parejas llegaron al centro y comenzaron a bailar con música alegre. La falda redonda giraba como un top y se oían risas por todas partes.

'Vaya, es como un mundo diferente.'

Lara sintió como si hubiera escuchado la voz interior de Sonnet.

Parecía que esta era la primera vez que esta linda princesa asistía a una fiesta privada que disfrutaban los nobles.

'Pero, de nuevo, solo tiene 14 años.'

Fue una buena decisión para Eunice deshacerse del alcohol fuerte, la música sexy y la iluminación erótica.

—Oh Dios mío... ¿Princesa? ¿Lara?

Eunice y Ximena miraron a Lara y la Princesa y señalaron con el dedo, olvidando sus modales.

—¿Cómo te atreves a ser grosera con la princesa?

—Eso no es lo que pretendía hacer. Mis disculpas, princesa—.

—Está bien.

Sonnet intentó sonreír con gracia, pero Lara se dio cuenta de que estaba realmente nerviosa. Sus hombros estaban rígidos y sus pasos eran incómodos.

'No se puede evitar. Ya que fui yo quien comenzó esto, debería ser su socio correctamente.'

Después de tomar una nota mental, Lara bajó un poco la cabeza y habló a los oídos de la princesa Sonnet.

—Princesa.

—¿Sí?

—¿Quieres bailar?

—N, no.

'Ella está mintiendo.'

Los ojos de Sonnet estaban puestos en los dos amantes que seguían bailando.

—Princesa.

—¿Sí?

—No soy una buena bailarina. ¿Está bien para ti?

Sonnet miró a Lara como si le preguntara qué quería decir.

Lara se señaló a sí misma y sonrió con torpeza.

—Como pueden ver, estoy vestido así, así que todos nos van a mirar. Si no te avergüenzas de mí... ¿bailamos?

—...Sí.

Lara no supo cómo se sintió Sonnet cuando asintió en ese momento.

Debe estar pensando en lo difícil que es la vida que está teniendo esta adolescente de 14 años. Todo porque no pudo hacer lo que quería hacer, debido al peso de la familia real... La familia real que ni siquiera quería.

Y, sin embargo, en ese momento, Sonnet estaba a punto de derramar lágrimas de alegría.

—Si, con gusto.

Sonnet susurró en voz muy baja.

Eunice, que estaba ocupada dando la bienvenida a los invitados, levantó el pulgar cuando vio a los dos. Ximena agarró a su compañero por el cuello, lo arrastró y comenzó a bailar junto a ellos.

Lara dio un gran paso hacia adelante, se inclinó ante Sonnet y le tendió la mano. Sonnet puso las yemas de los dedos en la palma de Lara y sostuvo el dobladillo de su vestido rosa con la otra mano.

Salió música alegre para la joven princesa. Era una canción popular de 4 tiempos.

Como dijo Lara, todos en el salón de fiestas los estaban mirando. Era una mirada que era una mezcla moderada de curiosidad y admiración, amabilidad y burla.

LaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora