39. La Sangre de Valyria

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Meera:

Si bien hace tiempo llegamos y nos instalamos en Winterfell, no he reunido el valor de hablar con mi padre. Me aterra enfrentarme a él como Targaryen, en el fondo siempre seré su pequeña lacustre, pero hoy se que me mira, nota mis ojos violetas, y un manto de pena se apodera de él. Howland nunca fue un hombre orgulloso por sus posesiones, pero si lo era de Jojen y de mí. Ya Jojen no está entre nosotros, y la Meera que el crió tampoco es la misma, la línea Reed se acabó por su lado.

Por otro lado, está la cuestión de mi dragón, o mejor dicho, la falta de él. Ninguno de los dragones me ha aceptado como su jinete, según Bran es vital para nuestra causa que pronto consiga un dragón, pero no me quiere dar más detalles de cómo hacerlo. Aegon me contó cómo consiguió a Phantom y a los demás, y realmente tengo la urgencia de conectar como jinete, pero ese instinto que tanto él como Dany describen, aún no se ha hecho presente en mi ser. Tal vez la lejanía con Valyria esté afectando a la conexión con la magia.

Debo partir, hacer mi propio viaje, crecer, y forjar mi destino antes de poder ser llamada una princesa Targaryen, agradezco a los dioses, los viejos y los nuevos por no llevar el peso de la corona sobre mi cabeza, y agradezco el labor que mi hermano y Daenerys tienen por delante.

¿Quién me podría acompañar? si voy sola, seré más propensa a que la locura se apodere de mi ser, debo ir con alguien que además de velar por mi salud mental, su falta aquí no perjudique el camino al trono de mi familia.

Irina: ¡Hola tía! dice entrando en la habitación, seguida de Arya.

Meera: ¡Qué sorpresa verlas aquí!

Arya: Irina me dijo que me necesitabas, y prácticamente me arrastró aquí.

Meera: ¿Estás segura Iri? Ella es importante aquí sabía que Irina tenía poderes de adivinación, no era necesario preguntarle cómo sabía, pero que Arya abandone el continente, me preocupaba porque sabía que ella era muy importante para mi hermano.

Irina: Sí tía, no hay persona más indicada que mi tía Arya, ella será una excelente compañía.

Arya (con duda en su rostro): ¿A dónde debo acompañarte?

Meera: Perdona que no te expliqué Arya, necesito partir a Valyria, buscar y reclamar mi propio dragón, y forjar mi destino. Si bien agradezco el esfuerzo de Aegon, no quiero vivir a cuestas de logros ajenos, quiero ser dueña de los míos.

Arya: Comprendo muy bien esa sensación, te acompañaré a las afueras de tu tierra, pero sabes que para los mortales como nosotros, esa tierra está maldita.

Meera: Descuida, lo tengo en mente. Gracias Arya.

Arya: No me agradezcas, agradece a Irina que me compró en el mismo momento que me dijo que una aventura me esperaba tras tu puerta. Partiremos mañana, conozco el camino, y si salimos al amanecer, alcanzaremos un barco que nos puede dejar cerca, y pasar desapercibidas.

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Esa misma noche debía hablar con mi padre, no podía irme y dejar la charla pendiente, si algo le pasara, o me pasara a mí, ninguno de los dos podríamos seguir viviendo tranquilos.

Alisté mis cosas, y comuniqué mi partida a mi familia, Bran como era de esperar, no se asombró, de hecho desde que es el cuervo de 3 ojos prácticamente no muestra emoción alguna, cosa que lamento porque alguna vez hace mucho tiempo, fue el dueño de mis sentimientos. Los demás se sorprendieron por mi partida con Arya, pero entendieron mi punto.

Cuando nos levantamos de la mesa luego de cenar, le pedí a mi padre unos minutos para hablar a solas.

Howland: Meera, te pido que me perdones, no era mi intención mentirte_dijo prácticamente al borde del llanto.

El retorno de los TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora