La quietud era algo que en tiempos de guerra asustaba, ya que indicaba que el enemigo se estaba preparando. Aegon y Daenerys eran conscientes de ello, y ya se habían puesto en marcha para preparar una ofensiva con el fin de avanzar hasta Kingslanding.
Pasaron varias semanas desde el nombramiento de Sansa como reina del Norte, semanas en las que aprovecharon para movilizar a su familia y reagruparse.
Dragonstone había quedado sin sus príncipes, más no quedó deshabitado. Frente a la búsqueda infructífera de Olenna por encontrar a su nieto, regresó a Dragonstone, y se quedaría como protectora de la isla hasta nuevo aviso, junto con algunos salvajes que prefirieron el resguardo del océano, y un grupo de dothrakis.
Margaery y Aurrane habían viajado hacia el Norte para apoyar el reclamo de sus reyes, todos estaban reunidos bajo el refugio de la nieve, si Cersei quería atacar, estaría en desventaja.
Además de toda la quietud enemiga, y los traslados de su familia, Daenerys tenía otra preocupación, su regla no había llegado y temía que su cuerpo le esté negando la posibilidad de volver a ser madre. Ella sabía que debía darle al reino más hijos, y sobre todo quería hacerlo, no conocía sensación más bella que tener a sus bebés en brazos y sentir su bello perfume, y pensar que no podría volver a vivir esa experiencia la aterraba. Pero lo que más le incomodaba en la situación era sentirse sola, no tenía el valor de compartir su preocupación con su esposo, ni mucho menos con alguién más, y esto hacía que todo caiga sobre sus hombros. Irina no le había mencionado nada respecto al futuro, y Melisandre tampoco, debía preguntar, debía esperar? Esas dudas ocupaban su mente gran parte del día y casi toda la noche.
Día a día Daenerys se sentía peor anímicamente, y todo empeoró cuando Margaery anunció su embarazo, ese día el mundo de Danny se desmoronó, y no es que no le alegrara la noticia de su amiga, sino que le hizo dar cuenta que ella ya había engañado bastante al destino con sus visitas a Valirya, y que no podría vivir nuevamente semejante alegría.
Aegon se daba cuenta de que su esposa estaba diferente, su semblante caído y su apariencia desmejorada se notaban con el pasar de los días. El ya había vivido una situación similar con Ygritte, y esta vez no esperaría a que sea demasiado tarde
Aegon: (con voz suave) Dany, ¿puedo hablar contigo un momento?
Daenerys: (sin apartar la mirada) Claro, Aegon. ¿De qué se trata?
Aegon: (acercándose) He notado que no has estado tú misma últimamente. Te veo distante... preocupada. ¿Qué te pasa?
Daenerys: (suspira, finalmente mirándolo) Es... es algo que me consume, Aegon. No he tenido mi regla en algunas lunas. Empiezo a pensar que nuestra oportunidad de ser padres... puede que se esté desvaneciendo.
Aegon: (frunciendo el ceño) Pero Dany, hemos enfrentado peores enemigos que el tiempo. Recuerda cómo hemos engañado a la maldición. No puedes perder la esperanza, además, ¿no creés que tal vez el motivo de tu atraso sea un pequeño en camino?
Daenerys: (con voz quebrada) No creo mi amor, recuerda que antes de ir a Valyria hemos intentado muchas veces ser padres y nunca pudimos lograrlo, ¿Por qué esta vez sería diferente?
Aegon:Debemos tener esperanza, y más con lo que concierne a nuestros futuros hijos.
Daenerys: La esperanza se ha convertido en un peso. Siempre he querido ser madre, y ahora siento que el destino nos está jugando una mala pasada.
Aegon: (tomando su mano) Lo sé. Pero tú eres más fuerte de lo que crees. Recuerda todo lo que hemos logrado juntos. No puedo imaginar un futuro sin ti ni nuestros hijos.
Podemos acudir a Melisandre, o incluso con algún maestre.
Daenerys: ¿No crees que Melisandre o incluso Irina nos habrían dicho algo al respecto? Ellas siempre anunciaron mis embarazos, incluso antes de saberlo yo misma…
Aegon: Tal vez aún R'hllor no se los ha enseñado, déjame pedirle a un maestre que venga y te revise Dany, por favor.
Daenerys: La quietud de las visiones de ellas, es lo que mas me asusta, Melisandre dijo que lo que su señor no le deja ver, es aquello en lo que no debemos interceder, y hasta ahora, esos sucesos eran muertes. (Aegon entendió ssu punto, y su semblante palideció). Y en cuanto al maestre, me preocupa tener algo y que se corra la voz, no estamos en un momento en el que tengamos el lujo de vernos vulnerables, débiles, enfermos. Debemos mostrarnos fuertes amor.
Aegon: (con firmeza) No permitiré que el miedo nos paralice Dany, no voy a obligarte a hacer algo que no quieras, pero déjame ayudarte, llamemos a alguien para que te revise, hazlo por nuestra familia.
Daenerys: (con lágrimas en los ojos) ¿Y si no podemos volver a ser padres? ¿Y si esta es la cruel realidad que debemos aceptar?
Aegon: (acariciando su rostro) Lo que sea que nos depare el futuro, lo enfrentaremos juntos. No hay maldición que pueda detenernos si estamos unidos. Estamos en esto juntos. No olvides que hemos superado la muerte misma. Si hay una manera de ser padres, la encontraremos. Lo importante ahora, es saber qué te ocurre, y luego veremos como trazar un plan.
Daenerys abrazó a su esposo y sollozando aceptó llamar a un maestre. Aegon depositó un beso en su frente, y salió de la habitación hecho un manojo de nervios.
Al regresar al cuarto, Aegon hace pasar a el maestre, y le cuenta la situación y preocupación de su esposa. Mientras Aegon inspecciona el accionar del maestre, este revisa el cuerpo de la reina de Poniente, le hace unas preguntas, y concluye con un: ¡Felicidades majestad, se encuentra en estado!
Aegon y Daenerys se miraron y una pequeña lágrima de alegría recorrió sus mejillas.
El eco de la proclamación del maestre resonó en la habitación, llenando el aire con un renovado sentido de esperanza. Daenerys y Aegon se miraron, la incredulidad pintada en sus rostros. La reina rompió en un llanto suave, una mezcla de alivio y emoción, mientras su esposo la abrazaba con fuerza.
Aegon: (susurrando) Te lo dije, Dany. Siempre hay esperanza, incluso en los momentos más oscuros.
Daenerys: (en medio de sollozos) No puedo creerlo… ¡Voy a ser madre de nuevo! Pero, ¿y si todo se vuelve a desmoronar?
Aegon: (acariciando su cabello) No permitiremos que eso suceda. Esta vez, estaremos preparados. Seremos fuertes, como siempre hemos sido.
Mientras los dos se aferraban el uno al otro, el maestre se retiró discretamente, dejándolos disfrutar de su momento. Sin embargo, la calma que había llenado la habitación se vio interrumpida por la inquietante realidad de su situación. Había guerra a la vista, y su reino aún estaba frágil.
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El retorno de los Targaryen
FanfictionEste es un #Jonerys fanfic. Cuenta la historia de como habría sido todo si Jon se hubiera criado con Daenerys en Winterfell y hubiera descubierto la verdad sobre su origen, la verdad sobre sus padres.