• ¡Qué te importa!

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- Si. - respondí sin dejar de verlo y sin pensar solté el freno. El coche empezó avanzar y este se quitó enseguida, completamente asustado. - ¡Perdona!- frene de nuevo y bloquee la caja de cambios, bajándome de prisa para asegurarme que estuviera bien, aunque se que no era para tanto.

Llegue a su presencia y este se limpiaba la camisa con la mirada en ella. Se miraba mucho mejor de cerca.

- Más cuidado para la próxima. - levantó su mirada lentamente a mí.

- ¡Si! Se lo aseguro que así será. - respondí de inmediato.

¡Si! ¡Si! Su mirada me escaneo de arriba abajo pero hubiera querido que lo hiciera de una manera más atrevida, no de esta manera, como si tuviera algo malo con mi apariencia.

- Eso espero niña. - clavó su mirada en la mía.

- Tengo 22. - respondí lo más pronto posible. Haciéndole saber que era legal en cualquier parte del mundo.

- Eres una niña aún. - respondió tan pacíficamente, no con la misma rapidez e insistencia que la mía.

Mierda, tal vez le gustan más grandes pues él se veía rondando los 30.

- ¡Mentira! Tengo 26. - reí forzosamente, no me salió al natural.

Arqueo su ceja y me veía confundido.

- En fin, no me interesa. - respondió.

Este hombre se miraba difícil...

- ¿Podrías darme tu número? - preguntó.

¡Diablos! ¡Ya había caído! Jamás pensé que fuera tan sencillo esto. No era tan difícil entonces...

- ¡Claro! ¡Por supuesto! - respondí enseguida, sacando mi celular.

- Anda, agéndalo. - me extendió su celular.

De inmediato teclee y lo agende para después marcarme y registrar su número, extendiéndoselo de nuevo con una amplia sonrisa de victoria.

- Bien. - bloqueó su pantalla y guardó su celular. - No quiero llamadas o mensajes de texto a menos de que pase otro incidente en la cuadra. - habló.

Se me borro la sonrisa ¿O sea que no era una invitación a coger?

- ¿Incidente? - pregunté.

- Si, una vecina me comentó que ayer por la noche había un coche sospechoso rondando por aquí. - respondió como un robot, sin expresión alguna.

- Qué raro, nadie me comentó nada, aparte es raro porque es una zona muy calmada. - respondí confundida.

- Si muy raro. - raspó su garganta. - Pero ocupo retírame...

- Si, tal vez lo está esperando su familia. - sonreí forzosamente y avergonzada por lo que acaban de decir.

- Vivo solo. - soltó una risa de disgusto. - En cambio, usted váyase a su casa que sus papás la deben de estar espera...

- Vivo sola también. - interrumpí.

Volteo a ver mi hogar, luego mi coche para regresar a mi mirada.

- Bien. - dio un suspiro y dio media vuelta para ponerse en marcha.

- ¡Espere! - frene su caminar. - ¿Y si me da su KakaoTalk? Es que fíjese que casi no estoy al pendiente de los mensajes de texto, ya sabe, desactive las notificaciones porque era una de mensajes de noticias y luego las llamadas me generan un poco de...

- Km1230 . - me interrumpió y siguió caminado, dejándome atrás.

- Km1230, Km1230, Km1230. - lo repetía mientras lo trataba de registrar. - ¡Listo! - por fin lo tenía entre mis contactos.

Vecino del 210 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora