• Cena de comunidad

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Estaba lista. Opté por un vestido largo color negro, con escote V y abierto de mi pierna derecha, muy ajustado a mi cuerpo, acompañado de unos guantes largos, negros. De accesorios llevaba un collar de perlas, ajustado a mi cuello. Deje mi cabello suelto, dándole unas ondas muy ligeras.
Taehyung cuando me dio la dirección me dijo que fuera sexy pero sin perder el toque elegante, así que creo haber hecho un muy buen trabajo.

- Voy y vengo Tahira.- le dije mientras tomaba mi bolso de mano.

Ella se quedaría en mi casa pues tenía miedo de que Namjoon por la madrugada entrará de nuevo, creo que con ella se limitaría.

- Me mandas la ubicación.- respondió.

Asentí y salí de casa. Me subí a mi coche y me puse en marcha.

.....

- Narra Kim Namjoon -

Esta mujer, Yoon Yiu no parecía saber que me molestaba su ausencia. Le marqué, le mande infinidad de mensajes y simplemente los ignoró y apago su móvil por unas horas...
No insistí más por un largo tiempo pues aunque lo quería, mi tiempo ya no me ajustaba... Tanto que tuve que ir a mi departamento, el cuál no utilizo a menos de que vaya con mi sumisa pues ya no alcanzaba a ir hasta mi hogar y prepararme para la cena que tenía... Una cena donde la mayoría ya sabía a que se iba, la otra mitad si iba por asuntos de negocios...

- Vamos Yiu. - susurré mientras conducía y marcaba por última vez antes de llegar a la enorme residencia de los Smith.

Los Smith una pareja de al rededor de los 50 años... Liberales en todos los aspectos, sorprendentemente en temas de intimidad. Dueños de varias cadenas hotelera también... Fue ahí donde conocí a la Sra. Smith, pues me hice cargo de temas legales de sus negocios, ella era mi ama, dueña y señora de mis deseos, la que me enseñó este mundo, junto con mi primo Taehyung...

Cada año se hacía una cena donde podíamos distinguir a los que estaban dentro de este mundo, haciendo más amplio nuestro repertorio, intercambiando ideas y sugerencias...
Era excelente porque nadie se imaginaría que esta cena de negocios se prestaba para algo más. Que por cierto en estas cenas conocí a dos de mis primeras sumisas.

Llegue al lugar y las camionetas negras, blindadas estaban por todas partes, haciéndome saber que estaría rodeado de mucha más gente que el año pasado.

Baje del coche y le dejé las llaves a un hombre para que él lo estacionara, era de confianza, lo conocía de años pues trabajaba con la familia.
Guarde mi móvil dentro de mi saco, acomode mi corbata y empecé a subir las escaleras de la enorme entrada de la residencia.

Los Smith tenían todo controlado y aunque eran liberales, trataban de no serlo mucho con sus socios pues ellos ya conocían que algunos eran muy reservados, así que entre nuestra comunidad, solo en la nuestra había accesorios que nos hacían diferenciar a una persona con nuestra mismos gustos.
Por ejemplo, blanco, rojo y negro regla de oro para vestimenta. Mano izquierda, los hombres nos colocábamos un anillo de oro blanco en el dedo anular. Mujeres, mano derecha, dedo anular también.

Estos anillos tenía algo muy particular pues si tú levantabas tu palma, por debajo se veía un cristal incrustado en el anillo... Hombres negro, mujeres rojo. Era fácil, veías a alguien con anillo en la mano correspondiente y dedo, ambos levantaban la mano para "saludar" haciéndose notar el brillar del cristal...

- Buenas noches. -fueron las palabras seductoras de una mujer que ya reconocía, pertenecía a la comunidad, su rostro ya me era familiar.

- Muy buenas noches. - hice una corta reverencia y seguí con mi camino.

Ahí estaban los Smith, a lo lejos...
Raspe mi garganta y camine hacia su dirección.
Justo al llegar, los dos se voltearon al deja de conversar con aquella otra pareja.

Vecino del 210 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora