• Hacer el amor

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7:56 pm

Estaba acostada en mi cama y aún seguían los gritos y golpes en mi puerta... Era Namjoon.
Ya le había hablado a seguridad pero no hicieron nada...

No se cuanto tiempo llevaba tocando, creo que al rededor de una hora.

Quise tomar mi celular y navegar por las redes pero de las insistentes llamadas y mensajes, no podía hacerlo. Así que prendí el televisor, apagué las luces y puse una película a todo volumen, evitando el molesto tocar de Namjoon.

No se en que momento mis ojos se cerraron, quedando profundamente dormida con la película de fondo...

.....

Empecé a despertar sin abrir mis ojos, pues sentía una pesadez... En segundos me puse alerta al sentir como algo suave y frío se hundía en mi cuello.
Abrí mis ojos de golpe y tenía a Namjoon encima de mí sin dejar caer todo su cuerpo con solo su bóxer, dejando pequeños besos en mi cuello.

¿¡Como mierdas había entrado!? ¿¡Y carajos pretendía hacer!?

- ¡Quítate! - grite de lo tenebroso que era tenerlo en la madrugada encima de mí, con luces y televisor apagados. Giré mi cabeza hacía la ventana de mi habitación donde la luz de la cuadra era la única que entraba... El vidrio no estaba, lo tuvo que quebrar para poder entrar...

- No.- respondió con una voz tan ronca y profunda, aún en mi cuello, sintiendo su cálido aliento.

- ¡Le voy hablar a la policía! - dije molesta y tratando de quitar su fuerte presencia de mí.

De inmediato retrocedió, sentándose en mi regazo, siendo la poca luz que entraba por la ventana causante de que viera cómo sus ojos brillaban pero su semblante era neutral.

- No te atreves. - dijo entre susurró.

- ¡Claro que si! ¡Invadiste mi hogar! - voltee hacia la ventana, viendo como los pequeños vidrios brillaban.

Solo vi como trago en seco, él sabía que esto estaba mal...

- Pues no me abriste la puert...

- ¿¡Y por eso te atreves a entrar así!? ¿¡Y también a casi violarme!?- interrumpí sus palabras.

- ¡Yo no soy un violador!

- ¿¡No!? ¿¡Entonces que carajos haces casi desnudo encima de mí!? - grite.

Guardo silencio y solo pude escuchar como paso saliva en seco, sin dejar de verme.

- Lárgate de aquí. - hablé de nuevo al ver que él no se animaría a hablar.

- No, no quiero.- respondió a la brevedad.

Cada vez su entre ceño se fruncía más y su mirada era mucho más profunda.

- No te lo pregunté.- respondí.

Dejó caer sus hombro, sin temer.

- ¡Ayuda!- grite pero fue lo único que pude pues rápidamente me puso su mano en mi boca.

- ¡Cállate! - susurró entre dientes.

Empecé a moverme debajo de él, al mismo tiempo que trataba de quitar su mano de mi boca pero mis dos manos no eran suficientes para su fuerza.

- Cállate y déjame explicarte las cosas. - ejerció más fuerza en su acción, haciendo que mi cabeza se hundiera mas en la almohada.

Asentí y con su mirada dudosa fue dejando de ejercer fuerza hasta quitarla por completo.

Realmente no quería una explicación pues no éramos nada formal como para que él estuviera deseoso de explicarme las cosas. Lo único que me daba coraje, era que no pudiera confiar en su palabra, en lo de "exclusividad" que él no me pudiera ver con alguien mas porque se me armaban mil guerras y que tuviera el descaro de cogerse a alguien más cuando sabía que yo estaba por llegar.
Eso me causaba conflicto, coraje, creo que ese era el sentimiento...

Vecino del 210 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora