• JW

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- Narra Kim Namjoon -

- No. - dijo aún con su mirada en el techo, se le veía agotada, muy agotada.

Aunque quisiera cogermela, tenerla para mí, únicamente para mí, para desquitar el coraje que tenía aún... Creo que lo mejor era dejarla y regresando de este pequeño viaje, me desquitaría por fin, como a mi me encanta.

- Si.- dije serio pero estaba bromeando.

Cerró sus ojos de inmediato y dejó caer su cabeza de lado, como si se hubiera desmayado.
Empecé a reír silenciosamente, poniéndome en la orilla de la cama, cruzándome de brazos mientras la veía.

- Ya, anda, ponte de pie.- dije con una sonrisa.

No me obedeció, así que di pequeñas palmadas en su empeine.

- Anda niña, ven a ducharte conmigo. - hablé de nuevo pero no obtuve respuesta.

Esto me empezaba a preocupar, así que rápidamente camine hacia un costado de la cama y moví ligeramente su hombro.

- Yiu.- agité de nuevo su hombro.

No obtuve respuesta de nuevo y esta vez tomé su rostro pero era como si no estuviera consciente. Pues se desvanecía su rostro en mis manos.

- ¡Nena! - dije en un tono fuerte.

Me estaba preocupando demasiado así tomé sus pómulos con una mano y agite un poco su rostro con delicadeza.

- ¡Yiu, cariño! - dije preocupado sin dejar de mover su rostro. - ¡Ay no, mierda! ¡Cariño! - solté su rostro y di dos vueltas en mi lugar, llevándome mis manos a mi cabello, no sabía que carajos hacer.

En eso escuché como Yiu no pudo aguantar su risa.
Voltee de inmediato estaba aguantándose la risa con sus ojos entre cerrados.

- ¡Mierda Yiu! - dije molesto.

Ella abrió sus ojos y empezó a reír, haciendo que se me empezara a formar poco a poco una sonrisa.

Se puso de pie en la cama, sin dejar de reírse en mi cara.

- ¡Maldita! - reí y extendí mi brazo para sujetarla de la cintura, atrayéndola a mí. - Por el susto me debes otra cogida, ahorita mismo.

- No.- brinco ligeramente en la cama y de inmediato atrapó mi cuello para después rodear con sus piernas mi cintura.

La sujete rápidamente del trasero y empezó a dejar pequeños besos en mis labios.
Me encantaba que fuera tan juguetona, me encantaba que me besara, me encantaban sus labios, su delicioso sabor, su delicioso roce, su cuerpo con el mío, simplemente me encantaba estar con ella.

Empecé a caminar hacia el baño con ella en brazos.

- ¿No? ¿No te quieres desmayar de verdad? - apreté su trasero, escuchando como soltaba un quejido y empezaba a negar con su cabeza, ambos sonriendo a centímetros de nuestros labios.

.........

Lunes por la mañana y me había quedado a dormir con Yiu en su hogar pues llegamos por la madrugada a eso de las dos, muy bronceados y cansados que me sorprendió que yo no quisiera montarla.

Vecino del 210 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora