Liberación de dos serpientes||DRACO MALFOY & _____(En Proceso)

Capítulo 70

POV ________

—Los veré más tarde— solté la mano de Draco y corrí hacia las mazmorras. Necesitaba mi espejo para saber donde se encontraba mi hermano.

Este sentimiento era irreal; hubo momentos en donde pensé que jamás sucedería y Ascian y yo tendríamos que servir eternamente a alguien.

—Ayden— lo llame con felicidad. Mencione tres veces más su nombre hasta que su imagen apareció.

Estaba en una habitación pequeña y bien iluminada —¿Qué pasa? — se talló sus ojos y dio un gran bostezo. Sus torpes movimientos hicieron que pudiera visualizar mejor el entorno en el que se encontraba.

Estaba en el baño de un avión —Recibí tu mensaje— puse el trozo de papel frente al espejo —¿Dónde estás? —

—Voy rumbo a Egipto—

—¿A Egipto? ¿Por qué no usaste un traslador? — pregunté curiosa. Mi hermano había realizado sus últimos viajes así.

—No me alcanzó para comprar los dos. Y no quiero levantar más sospechas por sacar dinero de mi bóveda— su boca se abrió de manera amplia permitiendo salir otro bostezo.

—Me hubieras dicho para mandarte algo de mi reserva—

—No te preocupes. Logre apañármelas con lo que tengo— hizo un corto guiño con su ojo izquierdo y siguió hablando —Todavía tengo unas horas más de viaje, en cuanto aterrice iré a recoger el cristal y luego utilizare el traslador para llegar a Londres. De ahí tomaré el tren a Hogsmade, y si tengo suerte estaré contigo por la noche—

—Ok. Tomaré unas túnicas de Draco y te buscaré— mi hermano soltó una risa.

—Pensé que ya no tomaríamos más de su ropa, después del desastre con el encantamiento limpiador— recordó riendo por lo que pasamos meses atrás.

—Trajo más ropa desde su casa, así que no se percató de la falta de una túnica— mi risa acompaño la suya al recordar la mancha enorme y rosa que quedó en la ropa de Draco —y ya aprendí a realizar correctamente el encantamiento, así que no te preocupes. Además, una vez que seamos libres le podre explicar todo y lo entenderá—

—Está bien— dio un tercer bostezo —Te mantendré informada— se despidió y la imagen desapareció.

Por fin se acabarían las mentiras y con suerte Draco nos podría ayudar a terminar de una vez por todas con la maldición que atormenta a los Kalahari desde décadas atrás.

Las siguientes horas se sintieron eternas y mi mente había comenzado a crear alucinaciones de vibraciones en las bolsas internas de mi chamarra, justo en donde tenía guardado el espejo.

El día estuvo agitado y lleno de actividades que Asto y Blaise pusieron para seguir con nuestra reintegración grupal. Incluso Pansy, Crabbe y Goyle se nos unieron; en otra ocasión me hubiera molestado la constante insinuación de Pansy hacia a Draco, pero en estos momentos mi cabeza solo pensaba en si Ascian ya estaría de vuelta en el continente o si seguiría esperando el cristal en Egipto.

Sentí como la pesada mano de Draco se colocó sobre mi rodilla para evitar que siguiera moviéndola de arriba hacia abajo con desesperación —¿Pasa algo? —

—No. Todo está bien— sonreí para esconder el nerviosismo que se seguía apoderando de mi sistema.

Draco frunció las cejas. Mi respuesta fue una, pero sin duda alguna mi cuerpo delataba mi mentira. Luego de un momento su expresión se relajó y volvió a prestar atención a la anécdota de Pansy.

No fue hasta la hora de la cena que noté la gran diferencia entre las vibraciones falsas y la real que emite el espejo. Me excuse diciendo que iría al baño para lavar mis manos. Di un vistazo rápido por debajo de cada puerta para asegurar que estuviera sola.