Liberación de dos serpientes||DRACO MALFOY & _____(En Proceso)

Capitulo 78

POV _______

—¡Mamá espera! — la llame en voz alta sin detener el andar. Ascian iba unos pasos detrás de mí.

Tabata hizo su aparición desde el barandal del piso de arriba evitando que me convirtiera en una asesina, para después simplemente abandonar toda la situación que se había formado en el recibidor.

Mi madre dio la vuelta en varios pasillos hasta llegar a la que supongo ahora es su nueva habitación. Entro y trato de cerrar la puerta con un fuerte golpe, pero mi pie evito que eso pasará.

Me dolió sentir la presión de la puerta intentado cerrarse, pero sin duda ese dolor no se comparaba con lo que me había hecho en diciembre. —Madre, detente— le pedí para que desistiera de encerrarse.

Y aunque logre que la puerta se mantuviera abierta, ella solo entro para dirigirse al balcón que tenía la habitación.

—________— Ascian me llamo con un tono tranquilizador. Supongo que ha leído todos los pensamientos que se están desbordando por mi mente —Es mejor que intentes calmarte para que puedan hablar mejor—

—¿Cómo quieres que me calme? Si mi propia madre lleva evitándome por meses— respondí con dureza mientras me dirigía a donde se encontraba Tabata.

La fresca brisa de la tarde me dio la bienvenida. El aroma del bosque llegaba hasta allí, y desde donde estábamos se podía apreciar un gran paisaje.

Quizás en otro momento, ese lugar me hubiera dado paz; pero ahora eso es lo que menos había en mi corazón y mente.

—¿Puedes si quiera dignarte en verme por un momento? — pregunte con enojo por la gran evasiva que estaba recibiendo por parte de mi mamá.

La belleza de mi madre seguía ahí, pero parecía estar apagada. Sus ojos ya no brillaban, su cabello seguía siendo largo pero las ondas opacas y quebradizas lo hacían parecer desfavorecedor, sus mejillas sonrojadas se habían esfumado y en su lugar solo se veían unos pómulos pronunciados por la pérdida de peso.

Parecía un muerto en vida.

—______— nuevamente Ascian intento intervenir con gentileza.

—No hermano— dije apartando la mano que había colocado sobre mi hombro en un intento por calmarme —No sé qué me duele más madre; si tenías planeado ocultarme la muerte de mi papá o que simplemente me dejaras a la deriva—

Por primera vez desde hacía mucho tiempo, los ojos de mi mamá se encontraron con los míos. Y en cada uno de ellos ya se habían formado grandes gotas de agua listas para ser derramadas con cualquier pestañeo.

—Me abandonaste cuando más te necesite— y ahí estaba, una de las tantas cosas que me había estado asfixiando por meses dicha en voz alta. Pareció que nuestras lagrimas se sincronizaron, porque cuando las de ella comenzaron a caer por su mejilla, las mías empezaron a salir de la misma manera —Te necesitaba más que nunca—

—No podía— susurro para luego morderse con fuerza los labios para intentar controlar el llanto

—¿Qué? — ¿de verdad esa era su excusa? —Debes estar bromeando—

—Perdóname _______, pero simplemente no pude—

—¡Perdí a mi padre! — grité con una combinación de dolor y rabia.

—¡Y yo perdí al amor de mi vida! — su voz salió con dolor. Su mano derecha se apretó con fuerza a su pecho, mientras que con la otra se sujetaba al barandal de piedra —Lo lamento _______. Lamento no haber estado para ti en esos momentos de dolor; lamento que el sufrimiento que experimente aquí fuera tan abrumador que me desconecte de todo a mi alrededor. Lamento no haberte ofrecido consuelo, pero no podía darte algo que ni si quiera yo tenía—