Liberación de dos serpientes||DRACO MALFOY & _____(En Proceso)

Capítulo 64

POV ______

—Draco, no puedes estar aquí— bajé el libro que leía y puse la mirada sobre mi novio. Acababa de entrar y vestía el uniforme de entrenamiento.

—¿Por qué no? No veo ningún letrero que me lo impida— me regalo una sonrisa coqueta y tomo asiento frente a mí.

Estábamos en la mesa esquinada de la biblioteca. Era el mejor lugar de toda la biblioteca, ya que se encontraba lejos de los estantes con los libros más solicitados, y justo a la derecha estaba una ventana alta que permitía la entrada de luz natural, brindando una mejor iluminación.

—No, pero deberías estar en el campo de Quidditch. El entrenamiento empezara en cinco minutos— La tarde anterior había sido el partido de Hufflepuff vs Ravenclaw; Montague tomo una gran cantidad de notas y quería practicar un par de veces antes de que llegaran las vacaciones de invierno.

Dos semanas habían pasado desde el incidente de nuestro partido, que termino con mi baja del equipo. A nuestro capitán no le dio nada de gracia enterarse que acababa de perder a un golpeador y aunque le costara admitirlo, él sabía que mi ejecución durante el partido había sido impecable.

Tanto el cómo Draco esperaban que sus suplicas a Umbridge dieran frutos, pero aun no conseguían una respuesta de su parte. Así que todos en el equipo acordaron que guardarían mi lugar hasta regresar de vacaciones; si para esa fecha no había una resolución de mi caso, meterían a Goyle.

Cuando me comentaron eso me vi esperanzada, pero con el paso de los días me di cuenta que, quizás mi salida del equipo era lo mejor. Sin las practicas, había liberado más espacio para investigar las runas.

—No creo que Graham me diga algo— Draco paso sus manos por uno de los libros que estaba sobre la mesa —A parte quería saber cómo ibas. Cuando no estás intentando salvar tus calificaciones, estas aquí en la biblioteca investigando—

Solté una pequeña risa irónica. Draco era quien evitaba que reprobara los exámenes y ensayos y aun así me daba a mí el crédito por tratar de salvar los estudios.

—Aún no he encontrado lo que necesito—puse mi codo sobre la mesa y recargué mi mejilla en el puño de ese brazo, soltando un leve quejido de resignación.

—Tranquila, yo sé que encontraras lo que buscas. Aun te quedan dos libros— Draco los señalo con su cabeza.

Después de mi charla con Dumbledore, le pedí a mi novio todos los libros que hablaran sobre la cultura Tatao. No estaba segura de que buscaba, pero si el director decía que ahí estaría la respuesta, no me quedaba más que confiar.

Draco se los solicito a su madre y en dos días habían llegado al colegio diez libros acerca de esa cultura.

Tomo mi mano y le dio un ligero apretón antes de despedirse —Te veo en el comedor para cenar— se levantó y acerco a mí, depositando un beso en la coronilla de mi cabeza.

Seguí sus pasos con la mirada hasta que su rubia cabellera desapareció de mi vista. Y regrese toda la atención a mi investigación.

Paso una hora y no encontré nada de utilidad en ese libro. Ya solo me quedaban dos libros; tome la novena redacción y lo abrí en el índice, esperando encontrar algo que me diera un indicio sobre lo que buscaba.

Hasta el momento sabía que los Tatao eran una pequeña cultura del pueblo Raykiat, ubicada en un conjunto de islas en la parte sur del océano Pacifico. Se describen como personas muy allegadas a la naturaleza y la vida primitiva. Respetan las tradiciones y son una comunidad cerrada, solo algunos son los elegidos para entrar a su círculo. Creen firmemente que los animales representan algunos elementos; la garza está relacionada con el aire, el tiburón con el agua y el oso con la tierra. En combinación crean la triada armónica, que todo Tatao debe lograr.