T2: Capítulo 4

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“Marcus”






AL DÍA SIGUIENTE

T/n

—entonces, aquí tienes. —hice una reverencia al recibir el sobre con dinero.

—muchas gracias.

—gracias a ti, t/n.

Cuando salí de la oficina quise gritar de emoción, ya había recibido mi dinero entonces ya podría irme de aquí.

Tomé las cajas con mis pertenencias y caminé para la salida.

—T/n. —Voltee al escuchar mi nombre, mi jefa, bueno mi ex jefa me llamaba.

—¿Si?

—antes de que te vayas, ¿podrías pasar a dejar esto en recepción?

—ah, si. —tome los papeles, hice la reverencia y tomé las cajas para irme de ahí.

(...)

—No gracias, no quiero formar parte de esa fiesta.
—¿Es un chiste? Eres el que siempre hace el escándalo y alegra las fiestas, últimamente estás raro.
—no soy raro, solo hay...
—una chica—rió —¿Quién es? ¿La conozco?
—no, la conocí ayer trabaja para mí madre. Es un poco grosera pero me gusta.
—¿Entonces te gusta que te traten mal?
—a veces.
—¿Y si invitas a la chica? Así podré conocerla, aunque no sé, solo las traes para una noche y luego ya no las vuelvo a ver.
—no, bueno, no sé. Ella me llamó la atención, es diferente.
—invitala.
—esta bien, lo intentaré.

Entregué mi pase en recepción y caminé al pasillo para tomar el elevador.

—¿Dónde dijiste que era la fiesta?
—en mi casa.
—talvez iré.
—solo di que si de una vez, sabes que es mi cumpleaños.
—bueno, adiós. Necesito hablar con mi madre.
—o necesitas hablar con esa chica. Es por eso qué fuiste al trabajo de tu mamá otra vez.
—adios.

Cuando salí del elevador guardé mi teléfono en el bolsillo y entré a la oficina de mi madre.

—¡Madre! —alze los brazos para saludar.

—¿Qué haces aquí?

—¿Por qué tan agresiva? Vine a verte —jale la silla que estaba ahí y me senté frente a mi madre.

Mire a todos lados pero no vi a la chica de ayer, ¿Dónde estará?

—¿ A quien buscas? —dijo concentrada mientras miraba un par de documentos.

—a la chica de ayer, ¿Dónde está?

—la despedí.

—¡¿Qué?! —de la impresión me levanté rápido de la silla. —pero-

—ayer me estabas rogando para que la despidiera.

—si pero...no creí que lo hicieras.

—¿Por qué te preocupa tanto?

—¿Cuando se fue?

—hace menos de dos minutos.

Salí corriendo como el rayo McQueen, quise tomar el elevador pero se tardaba mucho así que baje treinta escaleras con rapidez.

Si se fue en menos de dos  minutos, entonces la chica que salió con unas cajas era ella.

Cuando llegue a la salida ya no encontré a nadie, ella ya se había ido.

Pero, por suerte tengo su número de teléfono.

—te llamaré después. No te vas a escapar de mí, chica linda.

El Prometido De Mi Mejor Amiga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora