Tomé el pestillo de la puerta, girandolo suavemente hasta que esta se abrió unos centimetros dejando entrar una fina linea de luz que pareció iluminar por completo la habitación, haciendo visible los oscuros contornos de los objetos. Ojos azules me observaron con temor mientras poco a poco iba abriendo la puerta hasta dejar un espacio suficientemente grande como para que pudieramos observar lo que sucedia.
—No podemos permitir que esto quede impune, Maura. —La voz del padre de Niall flotó desde el final del pasillo llegando algo ahogada, gracias a las paredes que nos separaban, hasta nuestros oídos.— Debemos hacer algo.
—Y lo haremos. —Un sonido parecido a un repiqueteo nos dijo que Maura se habia movido unos pasos haciendo resonar sus zapatos de tacón sobre el suelo de madera.— Pero lo más importante ahora es mantener a los niños a salvo y seguros.
—¿Cómo rayos lo haremos cuando ese hijo de puta sigue suelto?
Mis ojos se abrieron mientras me giraba hacia el castaño, encontrando la misma expresión en su rostro. Los ojos azules parpadearon hacia mi mientras su boca se abría para luego cerrarse.
—Tu papá dijo una mala palabra. —Susurré, Niall asintió tan sorprendido como yo.— ¿No sé supone que eso esta mal?
—No seas tonto, Zaynie. —Dijo obvio.— Papá tiene permitido decirlas, él es grande.
—¿Porqué? —Susurré.— ¿No se supone que de todas maneras son malas?
—Lo son. Pero cuando papá las dice, no.
—No entiendo. —Incline la cabeza frunciendo el ceño, Niall me observo unos segundos antes de sacudir la cabeza y poner el dedo indice sobre sus labios.
—Luego te lo explico, ahora escucha.
Asentí acercandome nuevamente a la puerta.
—¿Que haremos con Zayn? —Me sorprendió escuchar mi nombre en la voz de Maura.
—Aún no lo sé. Tardaron demasiado en decirnoslo, ya no tienen marcas. —Suspiró.— No tenemos ninguna prueba de lo sucedido.
—No podemos dejarlo volver, él se tiene que quedar donde esta seguro.
—Debemos proteger a nuestro hijo sobre todo. —Me aleje lentamente de la puerta sintiendo mis ojos escocer.— En verdad me duele no poder ayudar a Zayn, pero él no es mi responsabilidad.
Volteandome me apresuré hacia la cama de Niall arrojandome sobre el suave edredón y rebotando cortamente sobre el colchón. Sabía que estaba solo desde que mis padres me habia dejado, pero que ellos no me consideran parte de su familia me dolia. Manos torpes acariciaron mi cabello, revolviendolo cortamente mientras la cama se hundia a mi lado.
—No te preocupes, Zaynie, tu eres mi hermano y nadie va a cambiar eso, no importa lo que ellos digan. —Quite el rostro del edredón, volteando mi cabeza hasta que logré ver el rostro del oji—azul con la tenue luz de la luna que se filtraba por su ventana.— Arreglaremos esto.
—¿Como? —Niall me observo por unos minutos, su rostro pensativo mientras revolvia mi cabello.
—Debemos decirle a mis padres que nada sucedió. —Aseguró.— Si ellos creen eso, las cosas volverán a ser como antes, volveremos a ser solo tu y yo contra el mundo.
—¿Y si vuelve a suceder?
—No lo hará. —Negó.— Nadie va volver a lastimarte, lo prometo hermanito.
—Gracias.
Volteandome jale a Niall hacia mi, envolviendonos en un cálido abrazo que parecia nunca terminar.