Capitulo 44.

150 18 0
                                    

Llevando mis piernas hasta mi pecho, las rodeé con mis brazos en un intento de desaparecer, de volverme invisible de algún modo. Lágrimas calientes rodaban por mis mejillas y el sabor a cobre de la sangre inundaba mi boca produciendome nauseas. Moviendome sobre mi mismo, me incliné hasta que mi cabeza tocó la pared a mi lado, mi vista pegada en la puerta por si a Douglas se le ocurria volver.

Estaba tan cansado. Mis parpados pesaban pero temía dormirme. Habia despertado con Douglas sobre mi, reviviendo todas aquellas noches que quería olvidar. Habia llorado, gritando por Liam e intentando escapar de su agarre, algo que jamás habia hecho antes pero ahora tenía algo por lo que luchar. Yo le pertencia a Liam, Douglas no podía tocarme. Él ya no podía hacerlo, yo era de Liam.

Douglas me habia golpeado muy fuerte, estaba enojado y quería que me quedara en silencio. Pero yo no lo hice, no cerré mi boca. Grite, grite con todos mis pulmones clamando para que Liam viniera a rescatarme. Él iba a venir a buscarme, iba a protegerme de Douglas.

Cerrando los ojos, recordé las caricias de Liam, sus besos, sus ojos brillando cuando me veia. Me centre en eso, alejandome de mi jean ensangrentado y el dolor en mi cuerpo. Liam era mi único pensamiento, su sonrisa y sus brazos rodeandome mientras cantaba.

—Ven por mi, Liam. —Susurré en la oscuridad de la habitación.— Ven, por favor.

Podía escucharlo en mi mente, quería escucharlo decir que estaba en camino, que él jamás dejaria desprotegido a su pequeño ángel y aunque sabía que todo era una simple invensión, era lo único que me mantenía cuerdo.

—¿Estas despierto? —La voz gruesa y rasposa envió un escalofrio através de mi cuerpo, no contesté.

Pasos pesados resonaron sobre la madera gastada de lo que habia sido mi habitación hacia solo un mes. Las botas viejas con suela de goma de Douglas chirriaban mientras se acercaba a donde estaba. Manos asperas tomaron mi barbilla y la levantaron, no intenté alejarme pero tampoco abri los ojos.

—Sé que estas despierto, Zayn —Dijo.— Abre los ojos, amor.

No me sorprendió el apodo, Douglas me habia estado llamando de ese modo desde que habia despertado. El hombre se habia vuelto completamente loco, lo podía ver en sus ojos, vacíos y sin vida, que parecian observar cada cosa a su alrededor sin verla realmente. Sus movimientos eran nerviosos y su humor cambiaba drasticamente, lo que me estaba asustando mucho.

Douglas siempre habia sido un hijo de perra pero ahora realmente habia perdido la cabeza.

—Vamos, amor mío, abre los ojos. —Susurró, su pulgar recorrió mi labio inferior y retuve la mueca

de dolor cuando paso sobre la herida que se habia abierto.— Siento haberte golpeado, cariño pero no debiste gritar así, sabes que odio que grites.

No contesté, ni siquiera me moví. Él suspiró.

—Perdón, ¿si? —Pude sentir su aliento golpear mis labios, mi cuerpo entero comenzó a temblar.— Te prometo que no volveré a golpearte, es más, te tengo una sorpresa que seguro hará que me perdones. ¿Quieres saber de que se trata? —Silencio, a él no pareció importarle.— Nos iremos de viaje, amor, solo tu y yo, ya lo verás será grandioso, ¿que piensas?

Eso logró que abriera mis ojos y observara a Douglas. ¿Viajar? ¿El maldito loco iba a sacarnos del pais? Eso no podía pasar, si nos ibamos Liam no iba a encontrarme. Debiamos quedarnos allí, Liam no iba a tardar, él iba a ir por mi.

Doulgas sonrió.— Sabia que te iba a gustar la idea.

Inclinandose hacia adelante sus labios chocaron con los míos y mi cuerpo reaccionó, alejandose del toque rápidamente. Mi espalda estaba contra la pared pero aun así intente ir hacia atrás, quería que dejara de tocarme. Impulsandome hacia un lado comencé a arrastrarme lejos, cuando llegué a la cama me metí debajo.

—Esta bien, amor, estoy seguro de que la idea te agradará con el tiempo. —Me acurruque contra la pared, observando sus pies pasar.— Vendré a verte nuevamente cuando todo este listo para irnos.

—¡Te odio! —Grite sin poder detenerme.— ¡Quiero ir con Liam! ¡Llevame con Liam!

Sus pasos volvieron y me odie por ser tan estupido y atraer su atención nuevamente. Su rostro era una mascara de ira cuando se inclino para mirarme.

—No vuelvas a nombrar a ese hijo de perra frente a mi, ¿me oiste? —Gruño.— Él no va a volver a alejarte de mi.

—¡Quiero a Liam!

—Estabamos bien, cariño, ¿porque siempre tienes que arruinar todo y obligarme a golpearte? — Quise reir ante aquello, el hombre comenzaba a decir incoherencias.— Sabes que no quiero hacerlo, no me obligues, amor.

Sin decir una palabra más, se volteo alejandose de la habitación. Los sollozos azotaban mi cuerpo mientras me abrazaba a mi mismo, estaba cansado. Mis ojos ardian por las lagrimas, al igual que las heridas en mi rostro. Cerrando mis ojos, pensé en que Liam iria por mi pronto y con esa idea poco a poco fui cayendo en la inconciencia.

Besos de Miel |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora