— Ángel. — Me removi entre las sabanas. — Zayn, despierta cariño, debes volver a casa.
— No quiero. — Musite hundiendo la cara en la almohada.
— Con lo tentadora que es la idea de dormir abrazado a ti, tus padres no estaran contentos.
Me gire sobre mi mismo, encontrando la mirada miel cerca de mi rostro. Liam sonrió acariciando mi mejilla con su pulgar. Todo parecia tan familiar, tan correcto que lograba asustarme un poco.
— Yo... no vivo con mis padres. — Susurre. — Mis tíos son los que cuidan de mi.
— Mhm. — Dejo un beso en mi mejilla. — No quiero que te vayas, pero nos meteremos en un lío si no vuelves.
— ¿No preguntaras donde estan mis padres?
Lo mire extrañado, por lo general la gente preguntaba ese tipo de cosas cuando decia que vivia con mis tíos pero Liam solo me observo a los ojos, acariciando mi nuca con sus suaves dedos.
— ¿Me lo dirás? — Susurró, me mordí el labio observando esos profundos ojos que me observaban. — Ese tema te duele, bebé, lo veo en tus ojos. Sé que cuando estes listo me lo contaras todo, por ahora me conformo con poderte tener entre mis brazos.
— ¿Por que eres así conmigo?
— ¿Así como?
— Bueno, amable, me tratas como si... — Cerre la boca, aparatando la mirada avergonzado por pensar tan grande estupidez. Su mano en mi mejilla volteo mi rostro suavemente hasta encontrarme con su mirada.
— ¿Como si te quisiera? ¿Eso ibas a decir? — Asentí, dudoso. Sonrió. — Porque te quiero Zayn, te quiero ayudar y quiero tenerte cerca, llegar a conocerte.
— ¿Por qué? — Insistí. — Jamás habiamos hablado antes, ¿Por qué parece como si te conociera desde hace años?
— No lo sé, y te aseguro que estoy tan asustado como tú. Pero nunca habia sentido algo así, nunca nadie habia hecho que temblara cuando lo toco, ni que mi corazón se acelerará con el sonido de su voz. — Suspiró. — Me gusta lo que me haces sentir, Zayn. He esperado esto casi toda mi vida.
— Liam, yo no te convengo. — Susurré con lágrimas en los ojos. — Tengo demasiados problemas, demasiada mierda en mi vida. No quiero involucrarte en eso, no soportaria que te lastimaran.
— Nadie me lastimara, bebé. — Su frente estaba pegada a la mía, sus brazos rodeandome. — Y tampoco permitiré que te lastimen a ti.
— No lo entiendes.
— No, tú no lo entiendes. — Con un suave movimiento se sentó con la espalda contra la cabecera de la cama y me acomodo a horcajadas sobre sus muslos, abrazandome fuerte por la cintura. — No me importa lo que tenga que sufrir, si tengo que aguantar palizas, insultos o cualquier otra mierda, porque lo haré por ti. Porque tú estarás allí cuando todo eso acabe y podré tenerte así entre mis brazos, solo con eso seré feliz.
— Liam...
— Te quiero en mi vida, Zayn. — Limpió las lágrimas de mi rostro mientras los sollozos azotaban mi cuerpo. — Quiero amarte y que me ames, pero para eso debes aceptarme. No te estoy pidiendo que me cuentes todo y arreglar tu vida en un momento, porque sé que no lo harás. Pero quiero conocerte, ganarme tu confianza para que me hables de todo sin temores. Ganarme esto... — Puso su palma sobre mi pecho, sobre mi agitado corazón. — ...y poder darte a cambio mi corazón. — Dirigió mi mano a su pecho, de la misma forma que el sostenia la suya contra mi.
Mi mente y mis sentimientos estaban tan revueltos que no lograba hilar dos cosas juntas. Pero estaba tan desesperado por sentir un poco de cariño, queria lo que Liam me ofrecia y aunque el miedo parecia ser algo bastante grande dentro de mi, no queria perder esta oportunidad.
Inclinandome hacia adelante, apoye mis labios contra los de Liam cerrando los ojos y poniendo todo lo que sentia en ese toque. Liam parecia bastante sorprendido, no sé movió solo me sostuvo. Jamás habia besado a nadie y el miedo de haber hecho algo estupido se coló en mi. Haciendome hacia atrás parpadeé repetidamente borrando las nuevas lágrimas que inundaban mis ojos.
— Liam, lo siento, yo...
Antes de que pudiera seguir sus labios volvieron a los míos, suaves y amables como su dueño. Una caricia sutil, delicada como si tuviera miedo de romperme si se movia muy rápido. Su lengua delineo mi labio inferior, humedeciendolo y más por instinto que por saber realmente lo que hacia, entre abrí mis labios cosa que Liam aprovecho para colarse dentro de mi boca. Sus manos acunaban mis mejillas mientras su lengua acariciaba la mía, mis movimientos eran torpes pero Liam no se quejo. El beso sabia a lágrimas, promesas y algo dulce que no pude identificar.
— Estaré aquí para ti siempre. — Susurró contra mis labios cuando nos separamos para tomar aire. — Como amigo, como novio o como lo que tu me quieras, pero aquí estaré.
— ¿Lo prometes?
— Lo prometo, bebé.
Sonrió sutilmente antes de volver a tomar mis labios, abrazandome contra su cuerpo traspasandome su calor.
Esa noche cuando volví a mi casa, tía Magda estaba esperandome en la sala. Luego de una gran paliza y un par de gritos me metió nuevamente dentro del armario. Pero esta vez tenía algo en que pensar, repitiendo en un susurro la promesa de Liam me dormi con una sonrisa.