Capitulo 31.

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 —¿¡Que!? —Niall reboto sobre la camilla, sus ojos azules tan grandes como las ruedas de un tractor me observaban como si me hubiera vuelto loco. Le habia dado un relato resumido de lo que habia sucedido y por lo palido de su rostro supuse que tampoco lo habia tomado bien.— ¿Estas diciendome que el abogado imbecil que salvo a tu tío de pudrirse tras las rejas, es el padre de Josh?

—Eso es exactamente lo que te estoy diciendo. —Suspiré dejandome caer en el sofá a un lado de la camilla.— Reconocería a ese tipo sin ningún problema.

Niall me observo unos segundos, como si quisiera preguntar algo pero al final se quedo callado, corriendo la mirada y enfocandose en la ventana que daba una horrible vista al estacionamiento del hospital. El cálido aire de un día soleado entró por ella golpeandonos a ambos, miré sorprendido hacia afuera ya que en invierno era inusual que el día estuviera tan cálido.

—¿Sabes? —La voz de Niall fue un susurro ahogado, él aún no me miraba.— A veces intento pensar que hubiera pasado si no hubieramos negado todo. Si no... si yo no te hubiese convencido de que eso era lo mejor. —Sus ojos azules, empañados, se fijaron en mi.— Si no fuera por mi culpa, tal vez tu tio hubiera sido encarcelado y tú no hubieras pasado todos estos años sufriendo.

—Tú no tienes culpa alguna, rubio. —Me estiré tomando su mano entre las mías.— Me protegiste, Ni, como un hermano. Somos familia, ¿Recuerdas? La familia hace eso.

—¿Como puedes decir que te protegí? —Paso su mano libre por su rostro.— Te envie directo a la boca del lobo cuando negamos todo.

—Si hubieramos dicho la verdad, ¿Que crees que hubiera pasado? —Musite.— Estaría viviendo en un jodido orfanato, Ni, tal vez soportando peores tratos que los de mis tíos.

—Tal vez te hubieran enviado con tus padres. —Dejo caer los ojos hacia donde nuestras manos se unian.

—No lo creo. —Negué.— Mis padres tenian una denuncia de abuso sobre ellos, servicios sociales se hubiera hecho cargo de mi, de seguro hubiera terminado viviendo en una casa hogar o algo parecido.

Niall no dijo nada pero se notaba el nerviosismo en su respiración acelerada, podria haber jurado que si su pierna no hubiera sido operada el chico hubiese dejado un gran pozo caminando por toda la habitación. El rubio habia tenido ese tic nervioso desde que eramos pequeños, ahora, con todos esos alambres y tornillos cruzando su pierna se volvería loco, obligado a estar quieto por unos cuantos meses.

—¿Que fue, exactamente, lo que le dijiste a Liam? —Su pregunta me tomo por sorpresa,

mordiendome el labio inferior me encontré con su mirada interrogativa.

—Cambie algunas cosas. —Susurré.— No pude contarle la historia completa.

—Zayn. —Advirtió.— ¿Que fue lo que le dijiste?

—Le dije... —Tome aire sintiendo un nudo en la garganta, aparte la mirada hacia el suelo.— Le dije que una mujer habia abusado de mi en la fiesta que mis tíos habian dado.

—¿Una mujer?

—Si. —Asentí.— Dije que me habia seguido a mi habitación y allí me habia tocado. —Lágrimas calientes ya rodaban por mis mejillas sin control.— Le conté lo de nuestros vecinos.

—¿Me nombraste? —Negué.— Oh, Zaynie, ¿Porque hiciste algo así? Liam solo te ha querido ayudar, si no estabas preparado para abrirte con él deberías haberte quedado callado. Decir mentiras nunca trae nada bueno.

Me encogí de hombros escondiendo el rostro en las asperas sabanas de la camilla.

—Debes decirle la verdad. —Afirmó.— Cuentalé a Liam toda la historia, no omitas nada.

—No puedo. —Negué efusivamente, levantando la mirada para encontrarme con sus empañados ojos azules.— No quiero. No soportaría que Liam me mire con lastima.

—Él no te ve de esa manera, Zaynie. —Se inclinó acariciando mi cabello mientras lloraba sobre sus piernas.— Él te ama. Eres su pequeño ángel, nunca dejarás de serlo.

—¿Un ángel? —Me pusé de pie bruscamente.— Yo no soy un jodido ángel. Hace mucho que no lo soy, por culpa de Douglas no puedo serlo.

Me paré frente a la ventana recibiendo el cálido aire directamente en mi rostro. Mis ojos se cerraron lentamente, disfrutando de la brisa sobre mi rostro mientras intentaba tranquilizarme lo suficiente para dejar de llorar.

—Para Liam y para mi eres un ángel, Zayn. —Afirmó en un susurro.— Has mantenido tu pureza a pesar de la vida que has tenido.

Reí amargamente negando con la cabeza. ¿Como Niall podía decir una cosa así? ¿Acaso estaba bromeando? Él sabía exactamente donde habia quedado mi pureza, donde habia terminado nuestra inocencia.

—Mirate, Zayn. —Rogó.— Mirá a tu alrededor, observa los ojos de las personas cuando te miran,

¿acaso ves lastima en los ojos de Harry? ¿En Louis? ¿Josh? ¿Liam? —Suspiró.— ¿ves lástima en mis ojos?

—No. —Negué.— Pero...

—¿Quieres que te diga como te veo, como todos te vemos? —Baje la mirada, asintiendo.— Veo una persona increible, un chico amable y dulce con el que la vida ha sido cruel, y que a pesar de ello sigue de pie intentando ser mejor persona. Eres puro Zayn, porque a pesar de que intentaron manchar tu cuerpo, tu alma sigue limpia. —Un sollozó escapó de sus labios.— ¿Crees que no he visto como has estado intentando renconfortar a todo el mundo cuando tú mismo no puedes mantenerte en pie? Intentas reconfortar a tus padres, a Josh, a mi, cuando el que más necesita un abrazo eres tú. Si eso no es pureza, no sé que lo es. —Suspiró.— Ahora, mueve el culo hasta aquí nuevamente y dejame abrazarte.

Me volteé, llegando a pasos largos con el rubio y me senté en la orilla de la camilla pero Niall me jaló hacia él, abrazandome contra su cuerpo hasta casi dejarme sin aire. Escondiendo el rostro en su cuello, cerré los ojos, sabiendo que todo estaría bien. Todo se arreglaría ahora.

—¿Que haremos? —Susurré luego de unos segundos.

—¿Yo? Dormir. ¿Tú? Contarle a Liam la verdad.

—No puedo hacer eso, Niall. —Negué.— No quiero revivirlo.

—Tú llevaste la peor parte. —Sus manos acariciaron mi cabello mientras intentaba contener el llanto.— Pobre ángel, no pude hacer nada.

—Tenías nueve y estabas asustado. —Susurré de vuelta.— No habia nada que pudieras hacer para detener a Douglas.

—Dejalo Zay, estoy consciente de la culpa que me pertence. —Apreté los labios juntos para no decir nada más.— ¿Quieres que yo le cuente a Liam?

—No, creo que yo mismo debo hacerlo.

Niall asintió luego de unos minutos en silencio, mirandome directamente a los ojos sonrió levemente.

—No importa lo que suceda a partir de ahora. —Afirmó tomando mi mano.— Siempre seré tu hermano, ángel.

—Siempre hermanos, Duende. —Susurré de vuelta apretando su mano.

Besos de Miel |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora