Capitulo 25 (2/2)

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Antes de que Zayn abriera la boca sabía que no me iba a gustar lo que iba a decir. Aun no podía creer que los infelices de sus tíos lo golpearan y encerraran. ¿Que tipo de personas hacen algo así? Unos hijos de puta, seguro.

Besé suavemente la nuca de Zayn cuando su cuerpo comenzó a temblar, secretamente deseaba que le contará todo aquello a alguien más. En verdad no sabía cuanto podría afectarme escuchar su historia personalmente, lo único en mi mente era que debía permanecer fuerte para mi pequeño ángel. Debía mantenerlo en pie, juntar las piezas cuando se rompiera y repararlo.

—Te amo, Zayn. —Musite, dandome cuenta que en verdad sentía aquellas palabras hasta el fondo de mi alma.

Los ojos ámbar de Zayn se enfocaron en mi cuando volteo sorprendido. Acurrucandose más cerca, escondió su rostro en mi cuello y su suspiro acarició mi piel expuesta.

—Tambien te amo, Liam. —Sonreí por aquella frase, aunque sabia que se venía lo feo apartir de ahora. Zayn tomó aire y comenzó a hablar.— Cuando tenía nueve, mis tíos dieron una especie de fiesta. Habia muchas personas que no conocia, parecian gente con mucho dinero, supuse que por eso Magda me habia arreglado tanto. Recuerdo que la mujeres con las que Magda hablaba me miraban mucho, algunas se acercaban y pellizcaban mis mejillas diciendo que era muy guapo para tener solo nueve años. Me sentía raro escuchando ese tipo de halagos por lo que luego de una demasiado animada cena le pedí permiso a mis tíos para subir a mi habitación.

>> Ellos parecian renuentes a dejarme ir por lo que tuve que fingir un dolor de estomago, que fue lo único por lo que me dejaron marchar. Subí corriendo las escaleras y entre a mi habitación sin mirar atrás. No estuve allí ni cinco minutos cuando una de las mujeres que tanto me habia halagado entró detrás de mi. —Se ahogo con las siguientes palabras por lo que comencé a pasar mis manos por debajo de la sudadera azul que llevaba.— Ella dijo que era muy lindo, que si me portaba bien me recompensaría.

—Dime que ella no... —Susurré intentando contener las ganas de llorar.

—Ella me toco, al principio solo el rostro y mi cabello. —Sollozó.— Pero luego me obligo a quitarme la ropa. Grité, grité muy fuerte pero nadie pareció escucharme. Sus manos estaban en todos lados, seguía repitiendo una y otra vez que si dejaba de llorar la pasariamos muy bien, pero yo no podía

parar. —Apretó los labios contra mi cuello y sus palabras me rompieron el alma.— Ella abuso de mi.

—No, bebé. —Susurré en medio de un sollozo.— Mi pequeño ángel precioso.

—Cuando ella salió de mi habitación, escapé por la ventana y corrí a la casa de mis vecinos. Les dije lo que habia pasado y ellos dijeron que debian hablar con mis tíos. —Siguió.— Lo hicieron. Mis tíos les aseguraron que se harían cargo y que seguramente yo estaba inventando todo, pero se negaron a irse hasta que un medico me revisará. —Suspiró.— Douglas llamó a uno, un amigo suyo. Un hombre con las manos frías que me revisó y aseguro que estaba en perfectas condiciones cuando era obvio que no lo estaba. Poco después me enteré que el medico era el hermano de la mujer que me habia tocado.

Sollocé contra el cabello de Zayn, sin poder comprender como habia hecho mi ángel para soportar todo aquello. Mi chico era más fuerte de lo que siquiera imaginaba, aún así me aseguraría que nadie más lo lastimara.

—Nadie volverá a tocarte, bebé. —Susurré.— No volverán a hacerte daño, jamás.

—Lo sé. —Susurró alejandose hasta que pudo mirarme a la cara y dejando un beso en mi mandibula.— Tú no dejarás que nadie me haga daño porque eres mi salvador, SuperLiam.

Besos de Miel |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora