—¿Que sucedera ahora, Li? —Murmuré observando a Liam a través de mis pestañas.
Estabamos sentados sobre una camilla del hospital donde trabajaba mi padre. Nos habian encontrado dentro del armario y sacado de la casa tan rápido que apenas pude parpadear antes de que me encontrara fuera y sobre una ambulancia. Dos uniformados habian venido con nosotros y podía escucharlos hablar del otro lado de la puerta de la habitación.
Mis manos aun temblaban mientras me aferraba a la camiseta de Liam. Douglas habia escapado antes de que pudieran capturarlo por lo que temía que apareciera de repente y reclamara nuevamente que yo le pertencia. Era un poco escalofriante pensar que una persona loca estaba obsesionada conmigo.
Nada nuevo en mi vida.
—No lo sé, cariño. —Susurró.— Lo único que me interesa es mantenerte seguro. Douglas no intentará nada de nuevo, por el momento.
—¿Que pasará luego, Li? —Fruncí el ceño.— ¿Que pasa si vuelve?
—Lo mataré.
Lo miré. Quise decirle que no podía hacerlo, que Douglas no merecia la pena. Pero algo dentro de mi me decia que si Liam hacia lo que decia todo se arreglaria. Si Douglas ya no respiraba mi vida sería mucho más fácil.
Entonces Liam me sonrió. Una sonrisa blanca, llena de alegria y amor y lo supe. No permitiria que el chico ensuciara sus manos con la mierda que tenía por tio. Yo mismo mataría al hombre si se atrevia a acercarse a nosotros nuevamente. Douglas no podría atraparme, ya no. Si el hombre volvía se encontraria con una sorpresa, porque esta vez no iba a tomarme desprevenido.
—¿Podemos entrar? —Levanté la mirada hacia la puerta, encontrandome con la rubia cabeza de Niall metida en el hueco de la puerta.
Liam le hizo un gesto afirmativo y la puerta se abrió. Una masa de rizos castaños se movio hacia nosotros y flores de todos los colores cayeron sobre mi.
—¡Zayn! ¡Zayn! —Chilló el rizado dejandose caer al final de la camilla, una sonrisa radiante en su rostro.
—¡Harry, te dije que no hicieras eso! —Louis entró detrás, sosteniendo un gran ramo de margaritas. Su ceño fruncido dirigido hacia su novio.
—No hice nada malo, Lou. —Se quejo el ojiverde.— Zayn ya esta bien, él no se quejo.
—No importa. No puedes entrar a una habitación de hospital lanzando flores por doquier.
—Dejalo, Louis. —Reí.— No me molesta.
—No le des cuerda. —Dijo con una sonrisa.— Es capaz de llenar esta habitación de rosas antes de que te des cuenta.
—¡Joder, Devin, ponme una mano encima nuevamente y tragaras yeso!
—Solo estoy intentando ayudarte, pastelito.
—¡Dejame! Yo puedo caminar solo y no vuelvas a decirme así.
—¿Así como? —Josh le sonrió a Niall mientras intentaba pasar un brazo por la cintura del rubio, Niall se alejo.— Solo quiero darte amor, pastelito de limón.
—Te lo advierto, Josh. —El rostro de Niall brillaba carmesí de furia.— No sigas con eso.
Una carcajada que me sorprendió hasta mi, escapó de mis labios cuando vi al castaño estirar sus labios hacia mi amigo buscando un beso. Niall puso su palma sobre la boca de Josh en un intento de detenerlo pero al parecer el castaño no parecia ni siquiera cerca de darse por vencido, tomó la mano del rubio y la besó, logrando que el rojo en las mejillas de Niall se hiciera más profundo.
—Vamos, pastelito de limón, deja que el chico te de algo de amor. —Bromeé. Se sentía bien poder hacerlo luego de lo sucedido.
Niall me miró, sus ojos en rendijas en mi dirección.— Ni se te ocurra, Zayn.
Puse las manos en alto en señal de rendición aunque ambos sabiamos que seguiria espoleandolo con el apodo, que Josh le habia puesto, por un largo tiempo.
Con ayuda de sus muletas y los intentos fallidos de Josh por ayudarlo, Niall llegó a mi lado y se dejó caer en la silla plastica que habia allí. Su rostro seguía sonrojado pero su sonrisa burlona habia vuelto.
—¿Como te encuentras, Zaynie?
Me encogí de hombros, la sonrisa alejandose de mi rostro.— Bien, supongo. Siento como si todo fuera algo tan lejano, no lo sé.
—Hable con Trisha antes de venir aquí. —Comento.— Me dijo que Magda esta encerrada.
—Ella no es la que más me preocupa. —Susurré.
—Lo sé, estarás bien.
Niall hizo una mueca extraña antes de volver a sonreir y comenzar a bromear nuevamente, en un intento de alivianar el tenso clima que se habia instalado. Sonreí viendo a Harry aleccionar a Louis sobre el cuidado de las margaritas. Josh seguía intentado robarle besos a Niall mientras el chico se coloreaba alejandose.
—¿Estas bien? —Susurró Liam afirmando sus brazos en mi cintura.
—Bien. —Respondí.— Esto se siente tan... familiar. Nunca me habia sentido así.
—¿Así como?
—Protegido. —Murmuré.— Tranquilo.
—Así es como debes sentirte siempre, pequeño angel. —Besó mi mejilla.— Somos tu familia.
Asentí suavemente, escondiendo mi rostro en su cuello cuando el sueño comenzó a vencerme. Sabía que debería ir al psicologo, las pesadillas me perseguirian por mucho tiempo pero estaba seguro de que podría lograrlo si mi pequeña familia estaba a mi lado. Con Liam a mi lado... tenía alas.
Porque despues de todo, era su pequeño angel, ¿no?