8. Lunafobia.

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Cony.

Después de unos días de todo el revuelo que se armó, con el sabotaje, el choque y la visita inesperada de Danielle. A papá se le ocurrió la maravillosa idea de que para discutir algunos "temas" así Federico y Luna debían ir a cenar a casa, además tenía la excusa de que el no había podido cenar con ellos por estar trabajando.

Y lo peor es que me enteré por Luna, si no, no sé que hubiera sido de mi vida.

No me quedó otra opción más que aceptar ¿Qué iba a decirle?

"Invita solamente a Federico porque su hermana no me agrada"

No se escuchaba bien.

Cayó la noche y llegué a la casa muy cansada de entrenar, me di una ducha y me quedé en mi habitación pensando en lo mal que la iba a pasar.

Primero, porque Luna tiene una personalidad muy coqueta y parece un horno andante ¿Ya se los dije?

Segundo, temía que ella o Federico se hicieran amigos de mi padre y si eso pasaba ya no habría vuelta atrás.

Mi padre los querría invitar todo el tiempo a cualquier lado y hasta incluso podría llegar a defenderlos en una discusión antes que a mí.
Lo digo porque ya me había pasado, con Danielle y créanme, no es bonito que tu propio padre le de la razón a tu mejor amiga en una pelea por quién había hecho el mejor dibujo.

Ella se había copiado de otro dibujo y el no me creyó.

Me cambié, me puse ropa cómoda y bastante suelta, una camiseta de Harry el Estilos, dos tallas más grandes que la que debería usar y unos shorts de jeans claros.

No era una cena formal y había arreglado ayudar a Lidia a cocinar, solo porque quería enseñarme a preparar lasaña y me presionó hasta que le dije que sí. Así que estaba bien vestida.

Me gritó desde la cocina y bajé las escaleras corriendo con bastante energía, la ducha me había servido después de todo.

—¿Que te parece la idea de viajar juntos? —me preguntó buscando un recipiente en las puertas que había debajo de la mesada de mármol.

Fruncí el entrecejo sin entender.

—¿Juntos? ¿Te refieres a Fede y Luna?

—Si, creo que cómo ellos están solos podría...

—De ninguna manera, estás loca. Si querés viaja tu con tu adorado novio en otro avión, pero no pienso estar con Luna encerrada en un espacio reducido por más de dos horas. Tengo Lunafobia —me negué rotundamente a su idea y rió aún agachada en el suelo.

—Estoy segura de que a papá le gustará la idea —insistió y levantó la mano entregándome el recipiente para que no diga nada.

Después de que me contará su grandiosa idea, cocinamos y  lo único que quedaba era esperar a que se cocinara.
Y justo cuando metí la bandeja al horno tocaron la puerta principal.

Quise meter la cabeza adentro del horno y terminar de matar a mis neuronas para no tener que ir a saludar.

Mi padre les abrió la puerta y los recibió con mucho gusto con nosotras dos detrás de el.

Crucé miradas con la hermosa señorita que vestía una camisa negra a juego con un pantalón de mismo color.
¿Que va a cenar con Messi?
Encima si alguien cenara con Messi estoy segura de que preferiría estar casual.

—Buenas noches —saludé a Fede con un beso en la mejilla e iba a saludar a Luna de igual manera pero me revolvió el cabello con una mano.

¿Que tenía?¿Doce años?

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