Cony.
Pasé mis brazos bajo sus axilas y la mantuve apoyada en mi pecho para que no se cayera.
Entre en pánico y lo único que me salió decir fue:
—Puta madre.
La miré nerviosa, su cara en mi pecho era algo bastante intimidante.
¿Se desmayó del dolor?
Que débil de su parte. Eso no es de rockstars.Me mantuve parada durante unos segundos sacundiendola cómo podía, pero ni siquiera la sentía respirar.
¿Y si se muere y me incriminan de asesinato?
No creo, se darían cuenta por mi facha de que soy inocente.
Pero tenía el cuerpo en mis manos...
Y cómo dije antes, no tenía demasiada fuerza pero los entrenamientos para correr ayudaron en algo, así que con mucha inteligencia prácticamente la arrastré unos metros y cuando me cansé la apoye con cuidado en el suelo antes de que despertara y me quisiera morder.
La coleta que se había hecho para revisar su auto estaba casi desecha, por lo que su cabello se había esparcido por los cerámicos blancos del lugar.
La mejor idea que se me ocurrió fue gritar "Piloto caída" pero al ser tan de noche los pasillos estaban vacíos y en la parte del autódromo en donde estábamos estaba completamente vacía.
Porque putas el único personal que había podía ser de limpieza y la chica de recepción, que de seguro no estaban haciendo su trabajo.
No lo digo de mal, pero cuando apoyé a la bella durmiente en el suelo sentí la tierra de los cerámicos en mis manos, lo peor que me podía pasar.
Tener las manos sucias.Mientras esperaba el par de minutos que se supone que una persona puede desmayarse, agarré su mano con cuidado y la revisé después de tomar su pulso.
Era seguro que no podría correr, todo el costado de su mano, incluido su pulgar, estaba enrojecido y hasta se le había quemado un poco de la piel.
No dejarían que compitiera así, no era algo que me alegraba mucho porque simplemente me podría haber pasado a mi.
Bueno en realidad era muy poco probable, no meto las manos en donde no debo.
Me arrebató su mano y pegué un salto.
Dicen que los muertos se mueven y ella parecía uno, por lo que me fue inevitable asustarme.Me acerqué para verla mejor y abrió los ojos quedándose unos segundos en silencio.
—Un enano —dijo sorprendida—, oh, Cony.
La salvo cómo toda una heroína y ella me trata así.
No me hizo gracia.La miré mal y crucé los brazos.
—No eres divertida.
Apoyó sus codos y se trató de levantar pero obviamente se mareó.
—Lo que dices se le llama envidia —me dijo apretando los puños mientras trataba de no mover su mano izquierda cuando se sentó.
Una duda surgió en mi cabeza.
—¿Eres zurda?
Suspiró y cerró los ojos con.
—Si —contestó dolida y antes de que pudiera molestarla me interrumpió—, pero controlo muy bien las dos manos.
Me guiñó un ojo.
—Bueno, vámonos, necesitas ver un doctor —evité su broma y me levanté.
Extendí mi mano para ayudarla y me ignoró.
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Ganar Su Corazón
Ficção Adolescente«Todo comenzó por un simple choque» Una mañana una chica iba de camino a la pista de carreras para unas practicas, pero el colmo fue que chocaran su auto por la parte de atrás. La responsable de ese choque era otra chica, una muy linda y que también...