36. Me rasguña.

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⚠️Aviso: por errores de Wattpad (los cuales no puedo solucionar) el cap 35 y el 36 están un invertidos por alguna razón.

Está de más decir que es bastante estresante que no estén en orden, pero por el momento no pude solucionarlo.

Así que sin nada más que decir, los dejo seguir.

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Luna.

Habia metido la pata, y bien hasta el fondo.

¿Cómo se me va a soltar algo así con ella?

¿Qué se supone que le diría?

Sabía cómo era, impulsiva y necia.

Sabía que no iba a parar de preguntarme con tal de saber más.

Y si lo supiera, no sé cómo podría llegar a reaccionar.

—Nada. —dije rezando para que no insistiera.

Dejó de apoyarse en mi hombro y cerré los ojos.

No me daba la cara para verla, pero sabía que me miraba.

—¿Qué cicatrices? Luna. —habló en voz baja, como si estuviera sorprendida de lo que dije.

—De choques por su culpa —confesé de una vez—, no me preguntes más, por favor. —rogué y me levanté de la piedra.

Era verdad, pero faltaba una parte.

Y esa sí que no se la diría.

Tomé mis tacones de la arena y la ví antes de voltear.

—No te vayas. —dijo agarrándome el brazo.

—Necesito pensar.

—Piensa conmigo —soltó y me miró casi rogándome—, no hace falta que hables más, soy capaz de acompañarte el tiempo que sea, hasta ir a cenar con vos y comer cualquier cosa. Pero no te vayas, te hace mal estar sola.

Me quedé viéndola y se levantó.

—Me harté de que quieras solucionar todo sola, porque...—dijo y dudó si seguir hablando—, ahora estoy con vos, y de cualquier forma que puedas pensar.

Me sorprendió y me tomó por sorpresa que reaccionara así, pero no me desagradó, al contrario, me pareció lindo de su parte.

Puso sus manos en mis mejillas y no me moví.

Tenía su mirada clavada en mí.

—¿Por qué vos me ayudas siempre y yo no puedo hacer lo mismo?¿Por qué no me dejas?

Miré sus ojos, mieles y tan brillantes como siempre.

Tenía una expresión de preocupación y eso me hacía sentir mal.

Porque era mi culpa.

—Tenes muchos problemas como para preocuparte por los míos. —dije y deslizó una mano a mi cuello.

—Me preocupas más si no quieres decirme, pienso que no confías en mí. —soltó y eso me hizo pensar.

Nunca lo había visto de esa manera.

—Claro que confío.

Dió un suspiro y acarició mi mejilla.

—Demuestralo. —pidió cerrando los ojos con pesadez.

La ví de nuevo por unos segundos.

Sentí que no merecía tenerla como "sin nombre", y que ella necesitaba a alguien mejor que yo.

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