capitulo 17

1.2K 180 19
                                    

Chirridos aterradores se escuchan cada vez más cerca, alguien venía arrastrando deliberadamente un tubo de hierro. El aura que desprende la podías sentir sobre tu cuerpo, tan fría que penetra tus huesos. Pero en realidad esa persona se encuentra algo lejos de los tipos que están atados desangrándose muy lentamente.

—¡L-Lo sentimos, por favor ya para!—Suplican con agonía.—Ya le dijimos todo lo que sabemos. Por favor, por favor, juro no hacer nada malo—Suplicaba una y otra vez cada vez que escuchaba los firmes pasos de esa persona, que venía arrastrando el tubo.

Ya no podía sentir sus manos, están tan apretas con las cadenas que hace mucho tiempo le cortó el flojo de sangre. La cadena se le está encarnado en sus muñecas. No solo eso, lo que más le había dolido hasta el alma, fue la manera en la que su miembro fue cortado y imputado luego de perder casi la conciencia.

Él creí que todo terminaría ahí, pero no fue así. Luego le destriparon sus preciados testículos, e hicieron que viera fijamente de la manera que se los destripan. Ver eso fue espeluznante pero más espeluznante era ver la expresión sádica y asqueada en en los ojos rojizos.

—¿De verdad lo juras?—Llego junto a él.

Levanté mi mirada para poder verlo, a los segundos me arrepentí de a verlo hecho. Él de pie frente a mi, con esa imponente mirada roja y esa espléndida vestimenta  parece un despiadado comandante y el tubo que sostiene en sus manos era su espada la cual podría blandir en cualquier momento. He visto muchas personas aterradoras pero este joven es el peor de todos.

Sabe fingir tan bien que sería complicado el darte cuenta cuál es su verdadero yo. Cuando te das cuenta de cuan peligroso es, ya es demasiado tarde porque tu frente ya tiene una bala o tú cabeza rueda bajo tus pies. Nunca, nunca, debí de aceptar hacerle daño a este señor de las tinieblas, sí, este joven le quita el puesto al demonio mismo.

—¡S-Sí! ¡Lo juro! Juro que no haré nada malo.

—Bueno, te creeré—Da medía vuelta—Todos merecemos una segunda oportunidad y en tu voz puedo notar el profundo arrepentimiento—Sonríe bajito, una sonrisa burlona.

—Muchas...muchas gracias.

—¿Creíste que diera algo así? Que tontito.—Niega con su cabeza.

—¿Eh?...¡Aahhg!—Recibe un tremendo golpe en una de sus piernas.

—Jaoli, leerme sus atrocidades.

Sigue golpeado y golpeado con esa mirada fría y una sonrisa diabólica, sonríe a carcajadas aún más cuando ve la sangre esparcirse y manchado su ropa.

—Sus delitos van desde extorsión a personas débiles sin recursos adecuados, secuestrar a señoritas para venderlas al burdel, mutilar a un joven solo porque lo ignoro y no quiso acostarse con él. Por último, violar a un adolescente por órdenes de un joven maestro, que le tenía envidia.

—¿Que pasó con el adolescente?—Tira el tuvo al suelo.

Jaoli se puso otra mascarilla, podía notarlo con solo ver la expresión de su maestro. Esa expresión negra le indicó cuán enojado y asqueado se encuentra. Que se pobre diablo pagará el precio de meterse con personas inocentes.

—¡¡Aahh!!—Senti que mis órganos fueron destripados, muy doloroso.

Prefiero ser golpeado con ese tubo, duele menos que ser pisoteado por él. Ha comenzado a saltar sobre mi como si fuera una cama, las púas de sus botas se incrustan en mi piel. En cualquier momento va a perforar algún pulmón o hígado.

—Es un adolescente valiente, a pesar de a ver pasado por eso, denunciar lo que le pasó pero nadie hizo nada porque era un beta. A pesar de eso, él l pudo salir a delante y no se dejó vencer por las pesadillas que lo atormentaban.

Rosa sangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora