capitulo 46

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De pie frente a una camilla de hospital yacía un hombre, mirado al Omega sobre la cama, con tubos en la boca y sin señales de despertar.

La preocupación era lo único que estaba escrito en el rostro pálido de Felipe, mientras sus manos tiembla por el agua fría que acaba de caer sobre él. Congelado todas sus entrañas.

Estaba viendo a su hermano menor, Gustavo. En ese estado pero seguía con la negación, no podía aceptar que Gustavo estuvo a punto de morir en un choque automovilístico el día de ayer, justamente cuando había quedado para reunirse él porque tenía algo de que hablar.

Felipe se sentía culpable por verlo echado de casa, en ese entonces se encontraba tan molesto con Gustavo por verle estado mintiendo con respecto a su adición al juego, las comprás. [Rodolfo se lo confesó primero a su esposo] por lo que Felipe no le dió tiempo ni la oportunidad a Gustavo de defenderse y solo lo echó.

Hace unos días atrás.

Ya han pasado dos días y sigo sin tener respuesta de Maximiliano, ¿por qué lo piensa tanto? Son las acciones de su madre las cuales corren peligro de irse a otras manos, como hijo filiar debió de darme la respuesta en ese mismo instante.

Le he llamado al igual que fuí a la empresa para poder hablar con él, sin su asistente, Constantine. Fue él quién me recibió para decirme que Maximiliano no se encontraba por el momento.

Ya hable con el señor White sobre este asunto a lo que el respondió, "ya sabe que estoy de acuerdo en que mi hijo se case con Oriol, no hay necesidad de preguntar mi opinión. " Esas fueron sus palabras, eso me trajo un poco de paz. [No sospechó ni se puso a pensar que Wilbert también estába planeado algo.]

Sin embargo no esperaba que por la tarde le llegarán los papeles del divorcio a mi cuñado, él señor White se había divorciado de Gustavo y el idiota de mi cuñado ya había firmado. Eso me dejó muy sorprendido porque ese día en la mañana había hablado con ese anciano y no me comentó nada al respecto.

Y como era de esperarse mi esposo se enfureció, fue en busca del señor White. En busca de una explicación del porqué hizo eso cuando anteriormente se mostraban tanto amor. Él no dijo mucho y solo le comento que debería de preguntarle a Gustavo.

Por un instante creí que se había dado cuenta del traspaso de las acciones, pero no era consciente de eso por lo menos mi cuñado hizo un buen trabajo. Sin embargo por su culpa corre el peligro que mi pequeño Oriol, ya no sea acepto por el señor Wilbert White.

Es por eso que no hay otra opción, solo toca decirle la verdad a mí esposo y este es el momento perfecto para hacerle saber en los pasos que anda su hermanito.

-¡Mamá!-El Omega entró a la habitación de Rodolfo.

-¿Que sucede, bebé?-Toca suavemente el cabello de Oriol.

-No encuentro ningún traje que me guste, todos son muy simples.-Tira muchas revistas de trajes de novios sobre la cama, había estado coleccionando esas revistas para un día como este.-Tiene que ser único, que llamé la atención y que logré quedar para siempre en las memorias de todas las personas.

No me lo podía creer cuando mi mamá me hizo saber que, pronto me voy a casar con Maxi. Ese día no pude pegar el ojo por la emoción y sobre todo e imaginarme ese momento, caminando por el altar junto a mis padres mientras no dejo ver esos hermosos ojos celeste de Maxi.

Mi sueño de casarme con mi destino por fin se va hacer realidad, seré Oriol de White. ¡Suena tan grandioso! Es una lastima que no he visto en la universidad a ese maldito de Hayden King, lo estado esperando para restregarle en la cara mi felicidad.

Rosa sangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora