La camioneta zafiro fue estacionada en el estacionamiento subterráneo del edificio perteneciente a Maximiliano. Nikita estaba siendo el chófer de Hayden, por está ocasión. Bueno, casi siempre lo es.
—¿Está bien que me quedé?—Cierra la puerta luego de bajar de la camioneta.—¿No estará enojado tu alfa?
No quiero volver a casa con mi madre, a penas ponga mi pie en el interior, cuando ya estuviera e interrogado con preguntas cómo; ¿que pasa? ¿Alguien te hizo algo? ¿En la universidad te dijeron algo? Así de rápido es para leerme sin que haya dicho una tan sola palabra.
—No te preocupes.—Disimula esa sonrisa macabra en sus pícaros labios ligeramente levantados.—Todo estará bien, mi alfa es compresivo.
Nikita puso una expresión de "es en serio, estamos hablando de la misma persona." Podría ser compresivo si, pero solo con Hayden. Ya con los demás es un tempano de hielo con púas a su alrededor.
—¿Por qué no puedo creerte del todo?—Lo ve sospechosamente.—¿Te traes algo entre manos?—Frota sus brazos.—¿Otra vez me vas a poner en un predicamento?
No debí a ver acceder tan fácil cuando me lo sugerio en ese instante, todavía estoy a tiempo de largarme antes de quedar envuelto en alguna situación incomoda con Hayden y su alfa malhumorado.
—Lo estás pensando demasiado.—Niega con su cabeza.
Sin embargo, Nikita estaba en lo correcto al pensar de esa manera. Su mejor amigo estába tramando algo que lo podría en serios aprietos.
—¿Tú tampoco deberías de estár aquí?—Ve con seriedad a Hayden.—El celo está tocando tu puerta, puede adelantarse—Es demasiado aterrador el verlo así.
Anteriormente, para meterlo en un sitio cerrado teníamos que ponerle un o dos tranquilizantes, esa es la única manera en disminuir su fuerza anormal.
—Solo vengo a despedirme del él, a decirle que me quedaré en los dormitorios de la universidad por unos día.—No quería estar lejos, pero era necesario.
Pasado mañana es mi ciclo de calor, el viejo a de estar arreglado todo para cuando llegué mañana por la mañana. Siempre me encierro un día antes en la habitación asegurada y sin ventanas.
En ese sitió me siento como un loco encerrado sin poder ver la luz del día, solo así pueden detenerme. Desde el instante en que mis ojos comienzan a brillar rojo ardiente, es una señal de que en menos de cinco segundos voy a perder el razonamiento y todo a mi alrededor es inexistente.
La voz del omega interior en mí se vuelve una sola conmigo, es como si en ese instante los dos nos volviéramos uno solo, en busca de obtener lo que siempre habíamos estado buscando y teníamos que encontrarlo. Y ese alguien es Max.
Es por eso que me encierro, porque si estoy libre e iría en busca de su olor como aquella vez, sí. En varias ocasión estuve a ocho metros de mi alfa, había recorrido casi dos kilómetros guiado solo por mis instintos y esas inmensa ganas de poder sostenerlo en mis brazos.
No obstante, cuando estába por alcanzarlo el viejo tuvo que inyectarme tres sedantes para poder neutralizar mis movimientos y volverme a llevar a la mansión, es lo que me contaron. Cuando entro celo olvidó la mayoría de mis recuerdos.
Son raras las veces que logré recordar todo, y es por eso que le agradecí al viejo de haberme detenido, no me hubiera perdonado el tener a Maximiliano sin su consentimiento. Eso solo me hubiera convertido en un maldito bastardo que no merecería el pararse junto a mi inigualable alfa.
—Solo falta que no quiera.—Expuse.
—Ya verás que si...
Ni bien había entrado al departamento, acariciando a mi pequeño pastor alemán y al gatito grumi cuando una oleada de feroces feromonas envolvió mi cuerpo e impregnó mi nariz.
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Rosa sangrienta
Fiksi UmumHayden es un joven que fue abandonado desde niño en casa de sus abuelos, por sus e irresponsables padres, creció muy bien con los cuidados de sus amados abuelos. Pero esa comodidad se ve arruina por la inesperada visita de su "padre" a quien no habí...