capitulo 1

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No me esperaba menos de ese hombre, en algún momento se me cruzó por la mente, no, sabía que algo así podría suceder tarde o temprano.

—Su poca resistencia me está poniendo muy nervioso—Comenta uno de los tipos vestido de traje—Está demasiado calmado, creí que saltaría sobre nosotros—Susurra.

Cualquiera persona reaccionaría molesta y gritaría que no es una mercancía. Pero en sus ojos no se puede ver ni siquiera una pizca de temor por está situación.

—No te confundas, puede tener ese aspecto pero sigue siendo solo un joven que apenas a entrado a la adultez, su padre tenia razón, por su abuelo estaría dispuesto a todo. Pero su complexión es muy diferente al muchacho de la fotografía.

En ella se reflejaba un adolescente de esbelta figura, quizás en ese entonces tenía unos 17 años. Pero como es que cambió tanto en tan solo dos años. Hasta su altura es abismal.

—Puedo escucharlos—Comenta con fastidió—¿Se sienten orgullosos de comprar personas? ¿aprovecharse de sus desgracias? ¿Por qué no le hicieron pagar a ese señor? Podían bañarlo y llevarlo algún club para que trabaje como sexoservidor. Algunas personas les gusta los viejos.

Podría verlo tirado en la calle y pasaría sobre él, ese hombre no se merece ni la más mínima simpátia de mis queridos abuelos.

—Culpa a la vida por darte un padre como ese, no nos guardes rencor. Nosotros solo hacemos nuestro trabajó.—Expresa el hombre que conduce.

Culpar a la vida, ¿Por qué lo haría? Los únicos culpables son esas personas que, me trajeron al mundo solo para luego abandonarme sin mirar atrás. Mi madre no soporto vivir en la pobreza, se marchó sin remordimiento alguno. Tengo un leve recuerdo borroso de ese día.

—Mamá—Corre trás de él, las piedras se incrustan en las plantas de sus pequeños pies—No me dejes, mamá—Solloza—Llevame contigo, mamáaaa—Tropezón, cayó al suelo.

Solo tenía dos años cuando lo vi marcharse, quisiera que mi memoria no fuera tan buena y poder olvidar ese recuerdo.

Desde ese momento él dejo de existir para mí. No les debo nada, no tengo porque pagar por sus mierdas. Pero por mis abuelos estoy dispuesto a todo, ellos son lo único que aprecio en este mundo.

—Solo esperó que no hayan tocado ni un cabello de su canosa cabellera—Los fulmina con la mirada—Porque si es asi, no importa quién sea su jefe, le cortaré la cabeza—Advierte.—Baja del auto.

—¡Cómo te atreves a amenazar a nuestro jefe, no estás en posición de.....¡UGH!—Fue contramina contra el auto.

—Tu eres quién no lo entiendes—Sus ojos son muy sanguinarios—Que los haya seguido sin refutar no significa que estoy a su merced. Aguarda tus apestosas feromonas, no vas a lograr someterme.—Lo suelta.

Hayden camina agrandes zancadas, queria verificar que su abuelo está bien. La angustia de que tenga algún infarto es muy aterrador para él.

¿En que piso estará? Este lugar es inmenso. Dónde quiera que miré solo hay adictos a las apuestas. Sus ojos se ven tan hundidos. Peor que los de ese bastador de mi progenitor.

—¿Joven Hayden?—Pregunta un hombre de traje negro y gafas de sol. Su reluciente calvicie por poco me deja ciego.

—Sí, ¿Dónde está mi abuelo?—Visten igual, ¿también debe de ser un empleado del dueño de este lugar?

—Antes de ir con él, mi señor desea hablar con usted—¿Dónde está el muchacho escuálido y pequeño de la fotografía? ¿Enserio tiene 19 años?

Rosa sangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora