capitulo 60

998 130 20
                                    

"Que día más caluroso este, me siento tan pegaso que lo único que quiero es irme a dar un refrescante baño." Es lo que pensaba el joven de mirada hermosa, joven que no desaprovecho la oportunidad de descansar mientras su jefe, hablaba con el comprador del juego de salas.

—Ya mañana por fin será mi día libre.—Eso le puso muy alegre.

Tras un suspiro se dejó caer sobre un viejo e inestable banquito, mirando a lo lejos el bullicioso y muy sofisticado parque. Niños y adolescentes gritaban sin parar mientras se deslizan por los tobogán. Es un parque donde solo podían entrar hijos de personas adineradas, hasta el rótulo decía prohibido el paso para todo aquel que no viva en esta residencial.

—Eso es ser muy extremista y clasista de su parte.—Pensó al mismo tiempo que retiró la tapa de su bebida carbonatada.—Ni que fuera tan bonito ese parque como para querer entrar, puedo ir a uno mucho mejor. Y si le digo a Hayden que quiero ese lugar, él me lo compra.—Bufo, procediendo a beber su bebida.—No gastamos energía en eso.

Estaba descansando luego de un día de estudios y trabajo que le exprimen la mayor parte de su energía, solo quería mantener su mente despejada sintiendo la poca brisa. Sin embargo, solo inclinó su cabeza hacia atrás y cerro sus ojos cuando un fuerte torbellino invadió su mente.

Aquellos recuerdos que solo quiere olvidar siguen apareciendo en su mente, él solo quería olvidar lo que pasó ese día en la playa. No obstante, su corazón no piensa lo mismo por lo que obliga al cerebro hacerle recodar a Nikita, tal grandioso momento.

Sintiendo tan vívido una vez mas la textura de esos suaves labios, rozándose con los suyos creando así, una melodía húmeda y un poco obscena.

—¿Que rayos me pasa? ¿Por qué sigue apareciendo eso cada vez que cierro los ojos?—Deja la bebida a un lado.—¿Qué me hizo ese sujeto?—Procede a inclinarse hacia adelante con sus codos sobre su rodilla mientras con sus manos, sostiene su cabeza.

Sus pensamientos son un total caos que sigue sin poder acomodar por mas que lo intente, no sabe como catalogar los sentimientos extraño que le provoca esa persona, cuando está junto a él, o cuando sus labios se unen en un febril beso.

Es la primera vez en su vida que hay tanto desorden en su cerebro y corazón ninguno de los dos quieren ponerse de acuerdo, con respecto a darle un posible nombre a lo que se desborda de su pecho cada vez que se encuentran con aquellos ojos violetas.

—¿Debería pedirle un consejo a Hayden o mi madre?—Se pregunta indeciso con la última opción.—Esto es algo que tengo que descubrí yo, ¿verdad?

No quiere hablar sobre eso con su madre hasta estar seguro de lo que hay en su corazón, de lo que está sintiendo. Si esos sentimientos puede llegar hacer duraderos, también porque temía que su madre vaya donde esa persona y lo deje calvo, sin ojos al dueño de esos bellos ojos violetas. Hombre que lo tiene así de confundido.

—Creo que iré por Hayden solo espero que no me salga con alguna tontera.—Busca su celular.—La mejor opción es él porque es quien más experiencia tiene en esa área, todos esos años enamorado de Maximiliano y cuidándolo desde la distancia dice mucho.

‹Seguramente estará complaciente y hasta me hable dulce por todo lo que está causando, ese sufrimiento de Rodolfo lo a detener muy feliz. Espero tanto por esto que lo va a disfrutar como nunca. Si cuando me contó sobre lo que había pasado en la casa de los Nolan, fue como ver una película.

Hayden uso la sala de cine del departamento de Maximiliano, es allí donde nos invitó a ver la película, o es lo que yo creía, más bien todos lo creíamos. Sin embargo, lo que se proyectó era la acalorada discusión en la sala de esa familia.

Rosa sangrientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora