Singularidad

420 67 4
                                    

- ¿Me matas ya o quieres que hablemos?

- ¿Cómo? - Verlaine parecía bastante

perplejo.

- Nada, solo pensé que igual estarías cansado y necesitarías hablar con alguien después de estos días tan duros matando a gente inocente sin descanso.

- A ver, tanto como inocentes no eran. Todos tenían su historial delictivo.

- Yosano no.

- ¿Y la vez que puso bombas en ese barco del ejército?

- Eso estaba justificado. Por lo demás nunca hizo daño a nadie salvo que fuese para curarle.

- Cambiando de tema, mis futuras víctimas no suelen tener tantas ganas de charlar.

- Supongo que yo soy especial. Y bueno, ¿cómo se siente tener que eliminar a todos los seres queridos de tu "hermano" porque eres tan última opción que de otra forma jamás iría contigo? - preguntó Ranpo en un tono neutro, como si estuviera hablando del tiempo.

- A lo mejor se siente de forma similar a haber perdido a la persona más especial para ti por tu culpa y sin haberte despedido - respondió cordialmente Verlaine aunque Ranpo pudo notar que tenía ganas de estrangularle.

- Puede ser. Bueno, por lo menos yo no disparé a la persona que confiaba en mí por la espalda.

Verlaine sabía que Ranpo le estaba provocando. Era perfectamente consciente pero cada nuevo ataque verbal se iba clavando más hondo en él. Antes de volverse totalmente irracional decidió ponerle fin a aquello.

- Creo que ya hemos tenido suficiente charla por hoy - afirmó mientras se levantaba del banco.

- Por hoy y para toda la vida - coincidió Ranpo -. La gente tiene razón, charlar es bueno para pasar el rato.

- ¿Pasar el rato hasta qué? - preguntó Verlaine con un ligero matiz de alarma en su voz.

- Hasta que mi medida de seguridad estuviese lista - al ver que Verlaine enarcaba una ceja como preguntándose qué quería decir se apresuró a tranquilizarle -. Tú tranquilo, no te preocupes. Venga, ya puedes matarme, adelante. Sé que llevas queriendo hacerlo mucho rato. Vamos, no te contengas.

Verlaine intentó activar su habilidad para ponerle fin a aquello pero... Nada.

- ¿Qué está pasando aquí?

- Ah, nada importante. Por tu reacción parece que mi nuevo juguete funciona.

- ¿De qué estás hablando?

- ¿Te suena Meursault? Seguro que sí, es la prisión europea de alto secreto para usuarios de habilidad peligrosos. Ahí seguro que tienen reservada una suite solo para ti.

- Ve al grano - ordenó Verlaine con un gruñido.

- Pues como ya sabrás ahí hay unas medidas para que los criminales no puedan usar sus habilidades. Entre otras, las paredes están hechas de un material que no se ve afectado por ellas.

De repente, Verlaine abrió mucho los ojos. En su mirada se notaba la sorpresa.

- Ya veo que lo has comprendido - sonrió Ranpo -. Mori me hizo estudiar entre otras muchas cosas una ingeniería y yo elegí una especializada en habilidades especiales. Mi trabajo de fin de grado fue sobre un material que fuese como Dazai; es decir, que pudiera anular habilidades. Lo malo es que hasta hace poco no conseguí que su efecto durase más de dos segundos antes de que se autodestruyese. Y además el Gobierno mantuvo mi invento en secreto. Pero bueno, desde entonces lo he mejorado y además la muerte de Yosano me motivó mucho a perfeccionarlo. Así como dato curioso, el suelo sobre el que estás caminando y el banco en el que estoy sentado están hechos de ese material.

Un mundo de monstruos (una historia de Bungō Stray Dogs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora