¿Es Amazon? No, solo es Chuuya

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- ¡Deja de mirar la maldita carpeta de spam de una vez! - Le gritó Dazai a Ranpo tras oír el click del ratón de su compañero y el suspiro que lo seguía por enésima vez en la hora que llevaban trabajando. Mori les había puesto a hacer trabajo de oficina porque eran los únicos ejecutivos que no habían entregado el informe de lo que pasó con Q, así que el único sonido que debería escucharse era el de las teclas del ordenador al ser presionadas. Pero no, Ranpo se había dedicado a pasar del documento en blanco de Word a la bandeja de entrada y la sección de correos indeseados en busca de lo que Dazai suponía que serían noticias del detective estadounidense con el que según Yosano había roto hacía una semana.

- ¡Es que han pasado siete días! - Ranpo miró a Dazai con cara de desesperación -. ¡Siete! ¡Y tenía que enviarme un libro con una historia especialmente violenta para encerrarme en él y así vengarse por haber estado jugando con él desde que nos conocimos! ¿Se habrá olvidado de mí?

Dazai decidió no pedir más detalles de la vida amorosa de su compañero por el momento.

- Igual siete días no son suficientes para escribir un libro, ¿no lo has pensado?

- ¡Yo me he sacado carreras en menos de siete días! - protestó - ¡Claro que da tiempo a escribir un libro!

- Tú eres un caso excepcional, Ranpo-san, no todo el mundo es así.

- ¡Él sí! ¡Por eso lo elegí!

Para desesperación de Dazai, volvió a refrescar el correo y lanzó una exclamación al ver que salía una notificación nueva, aunque su entusiasmo se desvaneció rápidamente al ver de lo que era.

- ¡Mierda! - exclamó.

- ¿Qué te pasa? ¿No es lo que esperabas?

- Hay una reunión de antiguos alumnos en la universidad mañana. Y no puedo ir si me encierran en un libro.

- A ver, el libro aún no ha llegado - le recordó Dazai -. ¿Y cuál sería el problema si llegase? Tú nunca vas a esas reuniones. Creo recordar que habías marcado el email de todas las universidades como spam para que no te llegasen sus correos.

- De todas menos de esta. Justo esta reunión es de la carrera de Ingeniería de Habilidades Sobrenaturales y va a venir H.G. Wells a dar una charla. Es una ingeniera brillante, a lo mejor ella sabría cómo hacer que mi material que anula habilidades funcionase más de cinco minutos sin sobrecargarse. Eso podría ayudar a Atsushi con su problema con el tigre - hablar de su carrera favorita parecía haberle distraído de sus problemas amorosos.

- ¿Tú admitiendo que otra persona podría saber más que tú? ¿Qué te pasó? ¿Tienes fiebre? - Dazai extendió la mano para tocarle la frente y comprobar su temperatura pero Ranpo se apartó.

- Parece que hoy alguien ha desayunado payaso. ¿Te crees que teniendo cuarenta y tres carreras diferentes soy un experto en todas? Lo que hacía en general era deducir qué me iban a preguntar en los exámenes, lo leía una vez y por alguna extraña razón jamás se me olvidaba.

- ¿Estás diciendo que más de una vez me has operado no siendo un médico de verdad? ¿Y por qué sigo vivo? - A Dazai se le veía bastante molesto por continuar con su existencia.

- ¡Oye, justo Medicina la hice bastante bien! ¡Tardé poco pero cada vez que le daba la lata a Mori me enviaba a la morgue para practicar con los cadáveres! ¡Así que practiqué mucho!

- Bueno, tranquilo, que a mí ya me extraña que la gente pueda ser experta en una carrera. Yo ni he terminado la enseñanza obligatoria.

Ranpo enarcó una ceja. Dazai hubiera podido hacer lo mismo que el chico opinaba que estudiar era un aburrimiento. A ver, que él era de la misma opinión. El problema era que Mori le había convencido para que estudiase un poco de todo con el argumento de lo mucho que le iban a halagar al ver a un chico de 14 años en la Universidad.
Todo mentira, a sus compañeros les daba asco que él hiciera en dos días lo que a ellos les costaba años.
Aún así no lo había dejado, por lo menos sus profesores sí estaban impresionados.
Por otro lado, lo único que había conseguido el jefe de Dazai era que leyese docenas de libros sobre estrategia y que se convirtiese así en el mejor estratega de la Mafia.

- En fin - Ranpo sacudió de forma casi imperceptible la cabeza e interrumpió sus pensamientos -, ¿irías por mí a la reunión para contármela luego y me conseguirías el número de Wells?

- ¿Qué? ¡Ni de broma! - Dazai se negó rotundamente -. Tengo cosas más importantes que hacer. Por ejemplo, dormir la siesta.

- Venga, que esto te beneficia a ti también. Atsushi-kun es tu subordinado aunque me tenga más confianza a mí que a ti. Y estoy convencido de que dentro de poco va a pasar algo gordo.

- Qué novedad - dijo Dazai poniendo los ojos en blanco. Siempre se les complicaban las cosas -. ¿Por qué va a ser esta vez? ¿Vienen los aliens? ¿Lady Gaga va a dominar el mundo? ¡Oh, espera! ¡Lady Gaga va a dominar el mundo gracias al apoyo de los aliens!

- Me temo que esta vez el problema es Mori. Cuando me habló de las pérdidas que se produjeron después de lo de Q no mencionó la Licencia de Negocios Sobrenaturales en ningún momento, cosa muy rara teniendo en cuenta el tiempo que se pasó detrás de ella. Así que seguramente tendrá un plan para recuperarla.

- Pero eso es bueno para la organización.

- ¿Estás seguro? Necesitará hacer algo muy gordo para conseguirla. Puede que acabe muriendo gente.

- Mientras que no sea nadie que me importe... ¡Con un poco de suerte es Chuuya!

Ranpo le dio una colleja a Dazai y en ese momento la puerta salió volando.

- ¿¡Por qué demonios esa cosa no se abría!? - Chuuya parecía enfadado y llevaba un paquete bajo el brazo.

- Mira, le has invocado - le dijo Ranpo a Dazai -. Hola, Chuuya. Es que el jefe nos había encerrado aquí hasta que no terminásemos los informes. Gracias por liberarnos. ¿Eso es para mí? - Ranpo señaló al paquete.

- Sí, me han debido ver cara de repartidor y me lo han dado.

Dazai resopló.

- ¿¡A ti que te pasa!? - inquirió Chuuya en un tono agresivo.

- Pues que solo te han dado el paquete a ti porque serías el único capaz de cargarte una puerta para entregarlo. De lo que te han visto cara es de bruto.

- ¡SERÁS!

El pelirrojo se lanzó contra Dazai y Ranpo emitió un suspiro. Llevaban cinco segundos juntos y ya se estaban peleando. No sabía cómo les había aguantado durante tanto tiempo.

- ¿Puedes darme el paquete? - les interrumpió Ranpo.

- Ah, perdón - se disculpó Chuuya y estiró la mano para que el ejecutivo pudiera cogerlo.

En cuanto estuvo en su poder, Ranpo rasgó el sobre en el que venía envuelto con tanta energía que lo convirtió en confeti. Chuuya se acercó a él para ver lo que le había despertado tanto entusiasmo y se sorprendió un poco. Solo era un libro de tapas negras cuyo título estaba escrito en inglés con letras rojas.

- ¿Solo es un libro? - preguntó un tanto desilusionado.

- Tú échale un vistazo - le instó Dazai con una expresión de curiosidad, como si él tampoco se esperase el contenido del paquete.

- ¡No! - exclamó Ranpo.

Demasiado tarde, Chuuya tenía una mano sobre la cubierta y justo en ese momento una luz amarilla salió del libro. Una enorme fuerza les empujó a él y a Ranpo, sumergiéndolos dentro de las páginas.

- ¿QUÉ ES ESTO? - gritó Chuuya mientras el libro le absorbía.

- ¡ERES IDIOTA! - exclamó Ranpo -. ¿DESDE CUÁNDO LE HACES CASO A DAZAI? ¡OYE, TÚ VE A LA CONFERENCIA POR MÍ! - logró decirle a Dazai antes de entrar del todo en la novela.

El libro cayó al suelo y los dos chicos desaparecieron, dejando a Dazai, quien se reía entre dientes, solo en el despacho.

Se apresuró a recoger el objeto caído y a ponerlo a buen recaudo. Que Chuuya desapareciese le daba igual, pero sería una lástima perder a Ranpo.

Frunció el ceño al caer en la cuenta de que después de la jugarreta que le había hecho a Chuuya, lo menos que podía hacer era asistir a la charla por Ranpo.

Uf, al día siguiente se iba a aburrir mucho.

Un mundo de monstruos (una historia de Bungō Stray Dogs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora