Detective y criminal

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- ¿Por qué lo hiciste?

- ¿Los rumores de que fue un accidente son reales?

- ¿De verdad le borraste la cara a tu víctima?

Poe observaba con el ceño fruncido como el enjambre de periodistas acosaba sin piedad al asesino del hombre encontrado en la habitación del señor Fitzgerald mientras se lo llevaba la policía. Había sido increíble la velocidad a la que Ranpo había resuelto el crimen. Demasiado increíble, en realidad. De repente una persona interrumpió sus pensamientos:

- ¿Admites que has perdido?

Ranpo estaba a su lado con una sonrisa radiante. Parecía un niño que acabase de disfrutar mucho con un juego nuevo.

- Supongo que has ganado - reconoció de mala gana Poe, quien aún no asimilaba el haber sido derrotado.

- ¡Ja! ¡He ganado al mejor detective de América, considerado también el mejor del mundo! Supongo que eso me convierte a mí en el nuevo mejor detective del planeta - presumió su rival.

- Ranpo, no hundas en la miseria al detective - ordenó Yosano que había permanecido al lado de Ranpo en todo momento, controlando que no le causase daños psicológicos irreparables a su oponente.

- Lo que tú digas, jefa - la obedeció Ranpo no sin antes dirigirle una última mirada de triunfo a Poe.

Un hombre alto se dirigió al pequeño grupo que miraba como el culpable se alejaba en un coche de policía.

- Ha ido todo tan rápido que no sé ni lo que ha pasado - comentó Fitzgerald.

- Estamos en las mismas - se solidarizó Yosano -. Yo solo sé que no va a ser fácil aguantar a Ranpo en los próximos días.

- En realidad era un caso muy simple - dijo Ranpo.

- ¿Podrías ser tan amable de dejar de presumir y explicar el caso a los humildes mortales? - pidió Yosano -. ¿No decíais hace un rato que no había ninguna pista?

- Ah, aquí el amigo - Ranpo señaló a Poe - mintió un poquito. Y claro, yo le seguí el juego. A veces la mejor prueba es la falta de pruebas pero en este caso sí que había muchos detalles que te podían llevar al culpable.

- Pretendía despistarte - confesó Poe.

- Fue un buen intento pero como puedes ver no ha colado - contestó Ranpo riéndose -. El primer indicio que me llevó al culpable fue la falta de cara del cadáver. No es que se le vieran los músculos faciales ni el cráneo sino que simplemente no había ningún rasgo en el rostro. Ni ojos, ni nariz, ni boca... Me recuerda a un videojuego en el que tenías una isla con residentes y les podías pintar la cara mientras dormían pero si decidías borrar lo que habías hecho también lo eliminabas todo salvo la nariz.

- ¡Yo también jugaba a eso! - Poe acababa de encontrar algo en común con Ranpo y eso pareció animarle momentáneamente.

- Yo compré la compañía de ese videojuego - mencionó Fitzgerald en tono casual, como si fuera lo más normal del mundo.

- Al grano, Ranpo - le recordó Yosano.

- Ah, sí. Algo así no podía haber sido hecho con cirugía. Debía ser fruto de una habilidad y de acuerdo con una serie de acuerdos internacionales relativos a los usuarios de habilidad, en cada país debe existir una División de Habilidades Especiales en la que queden registradas todas las personas dotadas de poderes. ¿Recuerdas que hace 67 días te dije que había conseguido hackear la base de datos en la que están registrados todos los dotados de cada país?

- Ranpo, apenas recuerdo lo que comí ayer - suspiró Yosano -, ¿cómo voy a acordarme de eso?

- Eso es importante - le reprochó Ranpo -. Bueno, el caso es que entre los usuarios de habilidad estadounidense se encontraba un hombre capaz de remodelar la cara de una persona eliminando antes todos los rasgos faciales. Estaba claro que el autor debía haber sido esa persona.

Un mundo de monstruos (una historia de Bungō Stray Dogs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora