Se levanta el telón para el último acto

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La señora Smith avanzaba a paso renqueante por los pasillos del aeropuerto. Mucha gente se ofreció a ayudarla pero ella declinó la propuesta con una sonrisa. Pensaba seguir andando por sus propios medios mientras fuera capaz y a los 93 años todavía se sentía capaz.

La tragedia sucedió cuando un chico alto se chocó contra ella en un punto. La señora consiguió mantener el equilibrio a duras penas, aunque se le cayó el pasaporte, pero el chico cayó al suelo, lo que fue bastante irónico. El joven cae y la vieja sigue en pie.

- Ay, perdón, joven.

- No pasa nada - murmuró él y le tendió el documento.

- Qué amable, joven, aunque no te oigo. Ya estoy un poco sorda, ¿sabes? Y tú hablas muy bajito.

En ese momento, el chico miró a los ojos a la anciana y no pudo reprimir una exclamación. Esos iris de color verde... Más de una vez se había dormido pensando en ellos.

- ¿¡RANPO!? - gritó el chico.

La mujer parpadeó lentamente y Poe tuvo que restregarse los ojos porque ahora los ojos la mujer eran de un azul pálido. Genial, tenía alucinaciones.

- ¿Disculpa? Creo que me has confundido con otra persona, joven. Yo soy Lily Smith.

- Perdón - se disculpó Poe -. Por un momento creía haber visto a un viejo conocido.

- Estoy segura de que nos pasa a todos. - La mujer le ofreció una desdentada sonrisa antes de alejarse -. Me tengo que ir, voy a perder mi vuelo. ¡Adiós, joven!

Poe se quedó tirado en el suelo mirando ojiplático como la vieja se iba. De pronto, recordó que él también tenía que coger un avión y salió corriendo.

A unos metros de distancia, Ranpo disfrazado de anciana se rió entre dientes. En cuanto se había enterado de que Poe iba a estar en el Heathrow Airport no había podido resistirse a chocarse contra él y a darle un pequeño susto. Bueno, y a llevarse su pasaporte de paso, que todo hay que decirlo.

Poe estaba en la fila para subirse al avión y la encargada le pidió el pasaporte. Se llevó la mano al bolsillo y... Nada.

- ¡RANPO! - gritó por segunda vez en media hora, dándose cuenta de que la mujer tenía que ser Ranpo. La trabajadora dio un paso para atrás, asustada -. Perdón. No era mi intención asustarla.

- ¿No tiene el pasaporte, señor?

- Han debido robármelo - contestó en un tono de voz casi inaudible por la vergüenza.

- Lo siento, pero sin pasaporte no se puede subir al avión. Puede ir a la comisaría dentro de este mismo aeropuerto a anularlo y a hacerse uno nuevo.

Maldita sea. No tenía tiempo para eso. Había salido corriendo debido a un trabajo de última hora y ese era el primer vuelo que había podido conseguir. No le quedaba más remedio que alquilar un avión privado, porque la opción de delatar a Ranpo quedaba descartada. Si iba vestido de abuela por el aeropuerto, sus razones tendría. Le guardaba algo de rencor pero no pensaba hacer que le matasen. Además, nadie le creería.

Poe salió corriendo de ahí y llamó a su empresa de confianza. Tal vez la pérdida de su pasaporte haya sido algo bueno. Puede que incluso llegara antes a Yokohama que cogiendo el vuelo previsto. Al menos escala no tendría que hacer.

Ranpo se entretuvo durante el vuelo haciendo grullas de papel con el pasaporte de Poe y hablando con otros pasajeros con el tono maternal de la anciana. Le resultaba divertido que los demás no tuvieran ni idea de que la adorable ancianita que se sentaba junto a ellos era un criminal bastante peligroso.

Un mundo de monstruos (una historia de Bungō Stray Dogs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora