Hogar, dulce hogar

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Chuuya pensaba que Ranpo le insultaría unas cuantas veces más pero el ejecutivo estaba sorprendentemente callado desde que habían llegado al interior de la novela. El escenario no era perturbador, solo estaban en la típica casa que podías encontrar en cualquier pueblo. Tampoco podía quejarse por la ropa, vestían un kimono hecho de lana, así que debía ser invierno. Además, se notaba que el de Ranpo estaba hecho a medida y que el escritor había pensado hasta en los colores que le podían sentar mejor. A él, en cambio, le quedaba un poco grande y  para colmo de males le había desaparecido el sombrero. No, en teoría no había nada que pudiera molestar a Ranpo pero lo único que había hecho era sentarse en cuclillas sobre un diván y envolver sus piernas con los brazos como si intentase evadirse o protegerse de algo.

- ¿Se puede saber qué te pasa? - le preguntó.

El chico no dio señales de haberle oído, así que Chuuya le puso la mano suavemente en el hombro. Ranpo abrió mucho los ojos y dio un respingo.

- ¿Qué decías?

- Que si estás bien.

Ranpo estaba a punto de fingir una sonrisa y decir que no le pasaba nada pero no fue capaz.

- No - admitió -. Esta era mi casa. Bueno, supongo que lo sigue siendo, yo no tengo hermanos y mis padres me la dejaron en el testamento.

- ¿Entonces tu exnovio te ha mandado a resolver un crimen en tu aldea natal? - Para esos momentos, Chuuya ya había recordado todo lo que les contó Yosano a Dazai y a él.

- ¿¡De dónde sacáis todos que era mi novio!? - Chuuya iba a contestar pero él ya conocía la respuesta -. ¡No, no me lo digas, sé perfectamente que os lo ha dicho Yosano! ¡Voy a empezar a ir diciendo que ella está saliendo con Kōyō!

- Esto... No creo que le moleste. - dijo Chuuya y Ranpo frunció el ceño -. Pero, ¿no es bueno que estés en tu casa? Quiero decir, conoces el lugar y a la gente. Así te será más fácil conseguir información. ¡Y además el plan original era enviarte a un lugar en el que tuvieras pocas posibilidades de sobrevivir! Aquí no parece que se vaya a producir una catástrofe de mucha magnitud.

- Poe me ha enviado a mi casa el día previo a que murieran mis padres - le cortó Ranpo.

Chuuya se quedó sin palabras.

- He metido la pata hasta el fondo, ¿no?

Ranpo no contestó. Se limitó a taparse la cara con las manos y empezó a emitir unos ruidos que se parecían a sollozos. Le temblaba la espalda y Chuuya se sintió fatal. Había hablado demasiado y le había hecho daño.

- Lo siento mucho, no tenía ni idea. Por favor, si estás muy enfadado pégame o algo.

Ranpo estalló en carcajadas.

- ¡JA, JA, JA, JA, JA! ¡Es la primera vez que veo a alguien cagarla tanto!

Los ojos le lloraban de tanto reírse y a Chuuya se le reseteó el cerebro.

- ¿No estás enfadado? - le preguntó.

Ranpo dejó de reírse, lo cual le exigió un gran esfuerzo y demostró su capacidad de autocontrol.

- Las dos primeras milésimas de segundo sí - admitió -. Pero lo necesitaba, muchas gracias.

- ¿Gracias por ser insensible con un tema tan serio como la muerte de tus padres?

- No - Ranpo se puso muy serio y estableció contacto visual -. Gracias por animarme. Si no llegas a hacer ese comentario, seguramente me habría quedado hecho una bolita en este sillón preguntándome por qué se me da tan bien hacer que la gente me odie. - Alzó la mirada hacia el techo (Chuuya suponía que en realidad quería mirar al cielo) y gritó -: ¡Lo que te hice no era para tanto, Poe, no tenías por qué ser tan cruel!

Un mundo de monstruos (una historia de Bungō Stray Dogs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora