Novato nº 1 y Novato nº 2

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Atsushi miraba con aire inseguro el azucarero en la cafetería de la sede de la Port Mafia.

- ¿De verdad puedo ponerme la que quiera? - preguntó tímidamente.

- Si ponerse el azúcar que quieras fuera un problema ten por seguro que este no seguiría aquí - contestó Chuuya señalando a Ranpo, quien estaba atacando una pila de tortitas que se tambaleaba debido a la altura.

- Chuuya tiene razón - admitió él con la boca llena, así que tuvieron que hacer un esfuerzo para entenderle.

- Esto... - carraspeó Atsushi - ¿Por qué me habéis traído aquí?

- Atsushi, debes saber que eres un tigre - le dijo Ranpo después de haber tragado las tortitas que tenía en la boca -. ¡Ay, eso ha dolido!

- A veces eres peor que Dazai - suspiró Chuuya después de darle una colleja a su superior -. Mira que decírselo así y encima parafraseando Harry Potter...

- ¿Estás seguro de que es peor que yo? - Dazai apareció en la cafetería esbozando una sonrisa siniestra. Iba totalmente vestido de negro aunque Ranpo no pudo dejar de notar que una salpicadura de un rojo óxido sospechoso en los bajos de la pierna izquierda del pantalón estropeaba un poco la monocromía.

Chuuya hizo gesto de vomitar.

- No, peor que tú no.

- Eso no es lo que decías hace unos instantes - le recordó mientras acercaba su rostro al de su compañero y le miraba a los ojos fijamente -. Deberías cuidar más la forma en la que tratas a tus superiores.

Ranpo les ignoró olímpicamente y se volvió hacia Atsushi.

- Como iba diciendo, eres un tigre. Y uno bastante mono aunque un poco agresivo, a decir verdad.

- Pero yo no puedo ser un tigre - Ranpo casi sintió un poco de pena por la cara de susto que ponía. Casi.

- ¿Crees que el tigre que se paseaba por tu orfanato salía de la nada? ¿Y crees que es casualidad que después de cada aparición te castigasen?

- Es que el director me odiaba - ante el recuerdo, Atsushi apretó los dientes con rabia.

- En realidad no te odiaba - aseguró Ranpo -. A su retorcida y enferma manera quería protegerte y darte herramientas para que en el futuro pudieras vivir una vida normal fuera del orfanato. Por eso él nunca te reveló la verdad sobre el tigre.

- ¿Cuándo hizo él algo por protegerme?

- ¿Crees que debió ser fácil ocultar a un gato XL?

- Pero... - Atsushi no lograba asimilar la nueva información.

- Él quería que le odiaras a él en vez de a ti mismo. Pretendía convertirte en alguien valioso y capaz de ayudar a los demás.

- Pero todo lo que hizo...

- Atsushi-kun - por primera vez en la conversación Ranpo dejó de comer y le miró a los ojos fijamente -, nadie te está diciendo que le perdones. Sé que te hizo cosas inaceptables. Viviste un infierno y no deberías estarle agradecido pese a que en el fondo hubiese buenas intenciones. Yo solo te estoy dando la información, eres tú quien tiene que decir lo que hace con ella. Era importante que lo supieses para que puedas empezar a superarlo todo.

Atsushi no respondió. En lugar de eso cogió el azucarero con la mirada perdida y se empezó a echar terrones en el café, hasta el punto de que habría sido más práctico ponerse el café en el azucarero.

- Una cosa más, Atsushi-kun - le dijo Ranpo mientras se levantaba -. No necesitas que ninguna persona te dé permiso para vivir.

Chuuya y Dazai seguían discutiendo a voz en grito en la cafetería mientras que la poca gente que había pasaba de ellos. Era lo más normal que pareciese que esos dos estuvieran a punto de asesinarse.

Un mundo de monstruos (una historia de Bungō Stray Dogs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora