𝐗𝐈𝐈.

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Taehyung no tenía ni idea de cómo había dejado que Jungkook lo convenciera para dejarle conducir a él y no llevar ambos coches, pero el sábado por la noche cuando tenían que completar el ejercicio, justo antes del atardecer, se encontró subiéndose a su camioneta, tenía el estómago hecho un nudo desde el viernes por la noche, cuando Hwasa comenzó a insistirle con lo de la fiesta a la cual iba a ir con Jimin.

Había sido con buena intención y él quería ir pero no pudo reunir las fuerzas al final. Además no tenía ni idea de donde estaba la casa donde se iba a dar y ya era muy tarde cuando comenzó a mandar mensajes y había estado lloviendo, otra vez.

Pero ahora estaba nervioso cuál ratón en un cuarto lleno de gatos con hambre, podría parecer lamentable ya que nunca había estado con un chico a solas en su coche, e incluso admitirlo era bastante patético.

Jungkook puso en marcha el coche mientras lo miraba, tras las pestañas del azabache, esos ojos brillaban.

—¿Estamos listos? —preguntó Jungkook.

Taehyung abrigándose con su chaqueta que llevaba asintió. Cuando lo había visto un día antes en su clase de astronomía, había estado normal, bromeando, coqueteando con él y ofreciéndole galletas. Taehyung esperaba que lo que fuera que hubiera pasado con Jackson se hubiese arreglado.

—¿Estás seguro de que no podemos hacer la tarea por aquí cerca? —preguntó Taehyung mirándolo.

—El sitio que te digo es perfecto, no te voy a llevar ningún lugar extraño, corazón tranquilo —explicó Jungkook.

—Está bien —murmuró entrelazando las manos con fuerza. Mirando por la ventanilla Taehyung pudo observar cómo salían del campus y viajaban algo lejos.

Tiempo después Taehyung logró ver cómo Jungkook tomó una carretera que conducía al centro de visitantes del Campo nacional de la batalla de Antietam. El apasionado de la historia que llevaba dentro suyo comenzó a dar volteretas, pero estaba demasiado nervioso por el hecho de estar ahí de noche con Jungkook, no parecía del tipo de chico que fuera a intentar algo más, pero si algo había aprendido era que no había un <<tipo>> concreto en estas cuestiones. Sus nervios estaban a punto de estallar.

—¿Estás seguro de que podemos estar aquí por la noche? —preguntó Taehyung echando un vistazo a su alrededor.

—No —respondió mientras se estacionaba, había unos cuantos coches más.

—¿Qué? —dijo Taehyung mirándolo fijamente.

—Es una broma, todo lo que tenemos que hacer es decirle a uno de los guardias que somos de la universidad y nos dejarán quedarnos —dijo Jungkook sonriendo.

Taehyung esperaba que tuviera razón, la idea de que un guardia lo echara del campo de batalla no estaba en su lista de cosas que hacer antes de morir.

Pero después de observar a Jungkook parecía que eso si era una de las cosas a las que se apuntaría.

—¿Estás listo? —preguntó.

—Sí, acabemos con esto de una vez —dijo Taehyung tomando su bolso y saliendo de la camioneta.

Jungkook tomó una linterna de la guantera, mientras se reía.

—No te emociones tanto.

—No lo estoy —respondió Taehyung sonriendo.

—No me mientas —dijo Jungkook rodeando la camioneta y poniéndose a su lado, señaló la torre de cemento con el tejado rojo —Ahí es a donde vamos.

—¿La torre de Blody Lane? —preguntó Taehyung.

—¿Ya habías estado aquí antes? —respondió con una pregunta mirándolo extrañado.

𝐘𝐨 𝐭𝐞 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐫𝐞́.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora