𝐗𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈.

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La señora Jeon colocó la taza en frente de su marido.

—¿Van a ir entonces al autocine esta noche? —preguntó.

—Si —respondió Jungkook poniéndose de pie y yendo a tomar las maletas —Tendremos que salir pronto para poder conseguir un buen sitio.

—No te olvides de llevar unas cuantas mantas —respondió ella sentándose —Hace bastante frío por las noches.

Taehyung se sentía extraño al dejarlos ahí, pero se levantó y dio las gracias a la madre de Jungkook por el té.

—No hay problema, cielo —la madre de Jungkook se dirigió hacia su hijo —Le he preparado la habitación amarilla Jungkook, pórtate como un caballero y y muéstrasela.

Jungkook puso una cara extraña, pero para cuando llegaron al recibidor ya se le había pasado, Taehyung lo siguió por las escaleras.

—Me gustan tus padres son muy agradables —comentó Taehyung.

—Están bien —dijo Jungkook pasando la mano por la barandilla de madera —¿Tu padre también cree que Bigfoot existe?

Taehyung se rio.

—No —dijo.

—¿Y el chupacabras?

Taehyung se volvió a reírse y a negar con la cabeza.

—Definitivamente no.

Estaban en la segunda planta.

—Mis padres tienen la habitación de arriba, y la de mi hermana es la primera —Jungkook se detuvo frente a una puerta y la empujó con la cadera —Llamamos a esta la habitación amarilla porque pues es amarilla —comentó Jungkook riendo.

La habitación en efecto era amarilla, en efecto, pero un bonito amarillo pastel, nada chillón. Jungkook colocó la maleta de Taehyung en la cama mientras él miraba por la ventana que daba al jardín lateral. Taehyung se giró hacia Jungkook, al mismo tiempo que percibía un ligero aroma a vainilla.

—Es muy bonita, espero no haberle causado mucha molestia a tu mamá —dijo Taehyung apenado.

—Seguro que no —comentó Jungkook estirando sus brazos y haciendo crujir su espalda —¿Estarás listo en unos treinta minutos?

Taehyung se sentó en la cama.

—Sip.

Jungkook se dirigió a la puerta, con los brazos todavía estirados, golpeteando el marco de la puerta.

—¿Sabes qué? —dijo Jungkook.

—¿Qué? —respondió Taehyung.

Una sonrisa apareció en su cara.

—Mi habitación está al otro lado del pasillo —comentó Jungkook.

El estómago de Taehyung dio un vuelco.

—Vale.

La sonrisa de Jungkook se hizo más amplia y maliciosa.

—Pensé que querrías saberlo.

—Claro —murmuró Taehyung.

Jungkook soltó una risa mientras salía de la habitación y cerraba la puerta, un instante después Taehyung decidió tumbarse en la cama, pensando en que las dos noches siguientes estaría más cerca de él de lo que jamás había estado.

♥️

Una hora y media después estaba de pie a lado de su camioneta, mientras Jungkook colocaba dos almohadas, en la plataforma de carga. La había estacionado marcha atrás para que pudieran sentarse y tener más espacio. No eran los únicos que iban a desafiar a las bajas temperaturas de la noche.

𝐘𝐨 𝐭𝐞 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐫𝐞́.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora