𝐗𝐋𝐈.

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Sucedieron dos cosas el día de navidad, el padre de Taehyung le mando un mensaje para desearle unas <<Felices navidads>>, ni siquiera pudo escribir la palabra completa. Que toque tan personal.

—Yo también te quiero papá —pensó Taehyung.

Y por la tarde comenzó a nevar, cediendo ante la emoción, se puso una chaqueta y sus botines, se aventuró a fuera de la casa. Incluso sabiendo que Jungkook no estaba en su departamento, ni siquiera Jackson, dirigió una mirada a su puerta mientras bajaba las escaleras, una pena lo comenzó a invadir mientras se forzaba a seguir bajando y a salir del portal del edificio.

Varias sartas de lucecitas de colores adornaban las ventanas de algunos pisos, algunas que decoraban los árboles de Navidad se veían a través de las ventanas de otros. Taehyung no había puesto ninguna decoración especial, no tenía mucho sentido hacerlo, pero sí que se había comprado a sí mismo un regalo de navidad.

Un nuevo bolso para la universidad de cuero envejecido, un nuevo bolso para un semestre nuevo.

Taehyung no sabía a donde estaba yendo, pero de repente se encontró en el descampado que había a lado del último edificio, los pequeños copos blancos ya se estaban asentando, y comenzaba a nevar con más intensidad.

Mintiendo las manos en sus bolsillos, echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos, sintiendo esos pequeños copos caer en su rostro. Jungkook no se había vuelto a poner en contacto con él desde el día que lo ayudó con las compras.

No es que Taehyung lo esperara, pero se le formaba un nudo en el pecho cada vez que miraba el celular y ni había nada de él. Que pensamiento tan retorcido. Le había dicho que no quería hablar con él, así que había dejado de llamarlo, eso era lo que quería ¿no?.

Una humedad diferente a la de los copos, cubrió sus mejillas, mezclándose con la nieve, y suspiró. Taehyung abrió los ojos, observó cómo caía la nieve unos segundos más y se dirigió de vuelta a casa.

Mientras estaba abriendo la puerta, miró a la de Jungkook y susurró:

—Feliz Navidad.

♥️

El día posterior al Año Nuevo, Taehyung ya se había cansado de estar encerrado e hizo lo que realmente le apetecía hacer. Ese día frío y lluvioso, consulto los mapas de Google y se fue a la capital de la nación a visitar los museos.

Para cuando encontró un lugar para estacionarse, estaba bastante orgulloso de sí mismo de no haber muerto en las carreteras de la ciudad.

Los museos estaban abarrotados de familias, y no sabía si era normal en un día de vacaciones. Taehyung se pasó la mayor parte del tiempo en el Smithsonian, en la zona del Antiguo Egipto. Era verdaderamente hermoso contemplar las piezas de miles de años de antigüedad.

El aficionado a la historia que vivía dentro de él estaba muy emocionado al recorrer los amplios pasillos, aunque fuera solo, y cada varios minutos, sin importar las veces que intentara no hacerlo, pensaba en que Jungkook le había dicho que quería venir con él.

Taehyung ni siquiera podía engañarse pensando que todavía estaba en su casa, porque cuando había salido por la mañana, había visto su camioneta color plata en el estacionamiento. Jungkook había vuelto.

Se detuvo enfrente de una exposición de alfarería, pensar en sus besos no lo estaban ayudando, hacia que todo eso fuera peor.

Vale, a lo mejor ir ahí no había sido la mejor de las ideas, pero no podía quedarse en casa. No cuando era su cumpleaños.

Todavía no había sabido nada de sus padres, pero supuso que ya le mandarían un mensaje o algo así. Para cuando se fue de la ciudad, un poco antes de las cuatro de la tarde, todavía no había noticias de ellos.

𝐘𝐨 𝐭𝐞 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐫𝐞́.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora