𝐋𝐈𝐕.

491 80 8
                                    

En algún momento, Jungkook lo tomó y lo llevó al dormitorio. Tumbó al castaño en la cama y se acostó a su lado, acunandolo. Una vez que las lágrimas comenzaron a caer ya no pararon, era ese tipo de sollozo hondo que no te deja hablar ni casi respirar.

También había algo de regenerador en esas lágrimas, como si al caer simbolizaran que de alguna manera se había liberado. Lloro por él, lloró por Minho y todo lo que había pasado. Lloró por Jungkook y todo lo que lo había hecho pasar. Lloró porque a pesar de todo todavía lo quería. Sobre todo, lloró por todo lo que había perdido y por todo lo que sabía que podía ganar.

♥️

Tumbado en la cama de Taehyung, a su lado, Jungkook comenzó a juguetear con su cabello. Enredo un mechón entre sus dedos y después le dio un beso en la nariz.

—Bueno ¿Y qué se siente al ser por fin estudiante de segundo año? —dijo Jungkook sonriendo.

—Todavía no soy oficialmente un estudiante de segundo año. Por lo menos no hasta el otoño, cuando las clases empiecen otra vez —dijo Taehyung.

—Pues yo te digo que ya lo eres —volvió a juguetear con el cabello de Taehyung, acariciandole la mejilla —Y lo que yo digo es ley.

—Entonces dime qué se siente al ser un estudiante de último año. Porque terminas el próximo —preguntó Taehyung.

—Es genial —contestó Jungkook, trazando el contorno de los labios del castaño —Te sientes genial.

Taehyung se acercó a él, pasándole los dedos por el cuello de su camiseta.

—La verdad es que estar en segundo año es una gozadera —dijo Taehyung

—Y sería mejor si no te hubieras apuntado a las clases de verano —añadió Jungkook.

—Es verdad —Taehyung se había matriculado en biología para sacársela de encima. Pero se las arreglarían. Jungkook iba a ser el el ayudante del entrenador en un campamento de fútbol para niños, así que estaría por ahí la mayoría del tiempo. Aunque iba a echar de menos a Jimin y a Hwasa. Ya se habían marchado a sus casas.

—¿Ya estás lo bastante cerca? —le preguntó Jungkook.

—No.

Jungkook se rio mientras le rozaba la espalda. El cuerpo de Taehyung se relajó ante sus caricias.

Las cosas habían sido diferentes entre ellos desde que le había contado la verdad, aunque justo después había sido un poco raro. Jungkook no lo quería admitir pero no había estado seguro cómo seguir adelante con la relación. Lo que tenía que hacer, lo que tenía que decir..., no fue como si hubiera ocurrido un milagro de la noche a la mañana. Habían transcurrido semanas antes de que nada sexual pasara entre ellos, no era porque él no quisiera, pero sabía que no quería presionarlo. Taehyung tuvo que llevar las riendas y básicamente acorralarlo, antes de que entendiera el mensaje. Por supuesto, todavía no habían tenido sexo, pero esta vez habían recuperado todo lo que habían adelantado.

Lo cierto es que Jungkook si lo miraba diferente, pero no como Taehyung había temido. Conocía toda la historia y eso los cambio.

A mejor.

Taehyung estaba más a gusto consigo mismo, se parecía más al que era antes. Incluso había ido a una fiesta que se celebraba en casa de Suga la semana anterior. Había tenido momentos de angustia, pero Jungkook había estado allí para ayudarlo, en vez de tener que arreglárselas él solo. Había bailado con Jungkook.

A Jungkook había encantado que hiciera eso.

Ya no había secretos entre ellos y disponían de todo el verano para terminar de descubrirse, pero había cosas en las que debía pensar. Resolver lo problemas que había tenido con Jungkook había sido importante y muy necesario, pero todavía había cosas que necesitaba afrontar, necesitaba ocuparse de ellas y no eran precisamente pequeñas.

𝐘𝐨 𝐭𝐞 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐫𝐞́.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora