𝐗𝐕𝐈.

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Taehyung se despertó de repente, confuso y desorientado, cuando por fin había conseguido dormir ya eran casi las cuatro de la mañana y no tenía ni idea de que era lo que lo había despertado.

Se dio media vuelta y gimió cuando vio que solo eran las ocho de un domingo por la mañana.

Se tumbó de nuevo sobre su espalda y miró al techo, dado que ya estaba despierto, no había esperanzas de...

Toc. Toc. Toc.

Se incorporó frunciendo el ceño, alguien estaba llamando a la puerta. A su puerta. Pero ¿qué diablos pasaba? Echo las mantas a un lado y se levantó, su pie se enganchó a la sabana y casi se estampa contra la alfombra.

—¡Ya oí! —gritó Taehyung molesto.

Maldiciendo, se apresuró a cruzar el apartamento antes de que el ruido despertara a todo el edificio. Se puso de puntas para ver por la mirilla y todo lo que pudo ver fue un cabello oscuro —¿Jungkook?.

Tenía que pasar algo, a lo mejor había un incendio, porque no podía pensar en otra razón por la cual estuviera Jungkook aporreando su puerta un domingo por la mañana.

—¿Pasó algo? —dijo Taehyung avergonzado de su voz mañanera al abrirle.

Jungkook se dio la vuelta con una sonrisilla maliciosa, hizo que su cara, ya de por sí llamativa, se convirtiera en sexy y muy masculina.

—No, pero pasará en unos quince minutos —dijo sonriendo.

—¿Q...qué? —Taehyung no supo si dio un paso hacia atrás o él lo apartó al entrar en su apartamento, llevando algo envuelto en papel aluminio y un cartón de huevos —¿perdona? —y una sartén pequeña —Jungkook, ¿qué estás haciendo? Son las ocho de la mañana —siguió Taehyung.

—Gracias por decirme la hora —dijo Jungkook yendo directo a la cocina —Es la única típica cosa que nunca he aprendido, a mirar el reloj.

Taehyung frunció el ceño mientras lo seguía, cerrando la puerta.

—¿Por qué has venido? —preguntó Taehyung.

—Para hacer el desayuno corazón.

—¿Y no puedes hacerlo en tu propia cocina? —preguntó Taehyung frotándose los ojos.

Después de la tarea de astronomía y del mensaje de anoche, era a la última persona que Taehyung quería ver al despertarse.

—Mi cocina no es tan emocionante como la tuya —dijo Jungkook poniendo todo el la barra y mirándolo.

El cabello de Jungkook estaba algo mojado aún —¿Cómo era posible que estuviera tan bueno, cuando era obvio que acababa de levantarse y meterse a la ducha? —pensó Taehyung.

Ni siquiera tenía marcas de almohada en la cara y hacía que unos pantalones de chándal y hacía que una camiseta le quedaran rematadamente bien —Y Jackson se ha desmayado en el suelo del salón —dijo Jungkook.

—¿En el suelo? —preguntó Tehyung

—Si, boca abajo, roncando e incluso babea un poco, no es un ambiente muy apetecible —respondió el azabache.

—Bueno, mi apartamento tampoco lo es —dijo Taehyung convenciéndose de que Jungkook tenía que irse.

Jungkook se apoyó en la barra cruzándose de brazos.

—Ah, pues no te sabría decir... —la mirada de Jungkook bajo desde la despeinada cabeza de Taehyung hasta los dedos de sus pies.

Fue como si lo hubiera tocado e hizo que la respiración de Tehyung se detuviera —Ahora mismo tu cocina es muy apetecible—continuó Jungkook.

𝐘𝐨 𝐭𝐞 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐫𝐞́.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora