𝐗𝐗𝐗𝐕.

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Taehyung abrió la boca y los labios de Jungkook se encontraron con los suyos, una caricia muy dulce, tierna y suave, que se acabó demasiado pronto.

—Me has besado —se quejó Taehyung, pero sus manos seguían aferradas al suéter de Jungkook.

—Eso no era un beso —mientras Jungkook hablaba sus labios rozaban los de Taehyung, logrando hacer que el castaño se estremeciera —¿Recuerdas? Si nos besamos, el venirte a casa conmigo puede implicar algo mucho más serio.

—Ah, vale —dijo Taehyung aún sin alejarse.

—Y esto tampoco es un beso.

Jungkook estampó sus labios contra los de Taehyung por segunda vez, y eso logró que el castaño se consumiera y despertara al mismo tiempo. Una calidez recorrió a Taehyung desde su cuello hasta su pecho, y más abajo cerca de sus muslos.

El beso de Jungkook era suave, siguiendo el contorno de los labios de Taehyung con los de él. Algo dentro de Taehyung se estaba alzando, se estaba despertando, le estaba doliendo. Taehyung se aferró a Jungkook mientras se movían y de repente el castaño estaba tumbado de espaldas.

Jungkook estaba encima de Taehyung, sus fuertes brazos bajo sus manos, su boca todavía en la del castaño. Ninguna otra parte de sus cuerpos se tocaban y Taehyung no estaba seguro de sí se sentía aliviado de eso o frustrado. Pero sus labios...

Taehyung comenzó a devolverle el beso, lento y torpe en contraste con el suyo, lleno de seguridad y de prácticas anteriores. Taehyung estaba preocupado por si lo estaba haciendo mal, pero al morderlo un poco obtuvo en respuesta un gemido, casi un gruñido, e instintivamente Taehyung supo que era de aprobación causándole un escalofrío y un anhelo cada vez más fuerte que llegaba a dar miedo de algún modo.

El beso de Jungkook se hizo más profundo, convenciendo a Taehyung de que abriera ligeramente más sus labios, el castaño estuvo a punto de marearse cuando sintió la lengua de Jungkook entrar a su boca, jugueteando con la suya.

Taehyung se sorprendió ante la sensación, en respuesta Jungkook penetró aún más su lengua, el castaño se entregó al beso, arqueando el cuello y aferrándose al azabache, el cual sabía a chocolate y a hombre, Taehyung se estaba volviendo loco mientras la lujuria anidaba en la boca de su estómago, seguida de una ráfaga de pánico que revoloteaba, esto se pasó rápidamente cuando la lengua de Jungkook le recorrió la boca entera.

Al alzar la cabeza, Jungkook le regresó la mordida levemente en su labio inferior y un gemido de placer se le escapo a Taehyung, los dos terminaron respirando con dificultad, sin dejar de mirarse.

—¿Esto tampoco es un beso? —preguntó Taehyung jadeando.

Jungkook se sentó y lo ayudó a incorporarse, sus ojos brillaban de una manera penetrante, Taehyung se sintió enrojecer, con sus manos todavía en sus hombros, Jungkook se acercó a él y volvió a repasar el contorno de sus labios con la lengua.

—No, eso no ha sido un beso —dijo Jungkook rozando los labios del castaño tentadoramente —Es mi manera de darte las buenas noches.

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Mucho después de que Jungkook se hubiera ido, Taehyung estaba despierto, esa noche de insomnio era diferente a todas las demás, las superaba con diferencia, su cuerpo parecía el de un extraño, lleno de anhelo y con demasiado calor. Ya había echado la colcha a un lado, pero las finas sábanas seguían abrazando su piel, se tumbó de lado mordiéndose los labios y apretando sus muslos.

𝐘𝐨 𝐭𝐞 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐫𝐞́.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora