𝐗𝐈.

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Unas carcajadas profundas en el rellano atrajeron su atención, era la risa de Jungkook, dirigió su mirada a la cocina, el reloj del horno marcaba casi la una de la madrugada.

Taehyung se bajo las mangas de la camiseta.

—¿No puedes faltar el viernes por la noche? —preguntó una voz desconocida, amortiguada por las paredes.

Hubo una pausa y escuchó que Jungkook respondía.

—Ya sabes que no corazón, tal vez la próxima.

—¿Corazón? ¡Vaya! —murmuró Taehyung mientras escuchaba cómo bajaban las escaleras.

Taehyung corrió a la ventana ya que su apartamento daba al estacionamiento y todo lo que tenía que hacer era esperar, y ahí estaban un chico, junto a un Jungkook con el torso desnudo.

Un chico alto, de tez blanca y con un bonito short que mostraba sus largas piernas, eso fue todo lo que pudo ver desde la ventana mientras ellos atravesaban el estacionamiento, el chico se tropezó pero recuperó el equilibrio antes de que Jungkook tuviera que ayudarlo, se detuvieron tras un coche color oscuro, se sentía como un chismoso mirándolos, pero estaba intrigado.

Jungkook dijo algo y se rieron cuando el chico golpeó jugueteando el hombro de él. Un instante más tarde se abrazaron y él se despidió con la mano antes de darse la vuelta y volver a su casa.

A mitad del camino, alzó la vista hasta nuestro propio piso y Taehyung se escondió sintiéndose un completo tonto. No podía verlo, era imposible puesto que todas las luces estaban apagadas.

Se rió de sí mismo y después se calló al oír que una puerta se cerraba.

Le invadió una ola de alivio, verlo con otro chico ataba... bien. Reforzó la idea que tenía de él, un chico encantador, ligador inofensivo, a quien le gustaba regalar galletas a los chicos lindos y que tenía una tortuga que se llamaba Bam. Eso estaba bien, podía manejarlo, porque lo que le estaba sugiriendo Hwasa y Jimin, lo ponían nervioso y ansioso.

A lo mejor Jungkook y él se hacían amigos y eso le gustaba, tener amigos, como antes.

Pero mientras se acostaba, completamente despierto, mirando el techo, hubo un momento, un momento muy breve, en el que se preguntó cómo habría sido que Jungkook estuviera interesado en él de esa manera. Tener algo que anhelar, mariposas en el estómago y sentirse nervioso cada vez que lo mirara o cuando sus manos se rozaran por casualidad.

Se preguntó cómo sería sentirse atraído por él, o por cualquier otro hombre, desear citas, los primeros besos, y todo lo que venía tras eso. Seguro que era agradable, sería cómo antes.

Antes de que Park Bogum se lo llevara todo.



Las nubes de una tormenta se arremolinaban el jueves por la mañana y parecía que iba a ser un día de lluvia en el campus. Afortunadamente ese día solo tenía dos clases, así que antes de salir, tomo una sudadera, pensó también en cambiarse los pantalones cortos y las sandalias, pero tenía demasiada flojera como para hacerlo.

 Afortunadamente ese día solo tenía dos clases, así que antes de salir, tomo una sudadera, pensó también en cambiarse los pantalones cortos y las sandalias, pero tenía demasiada flojera como para hacerlo

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𝐘𝐨 𝐭𝐞 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐫𝐞́.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora