CAPITULO 9

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RUBÍ

Me adentré a la oficina con Benedetti siguiéndome detrás. Enojada era poco para representar todo lo que sentía en ese momento. Estaba realmente furiosa por como había dejado pasar todo con Lyons y ahora el idiota del petrolero nos querrá poner alguna demanda por ello.

—¿Se puede saber que carajos te sucedió en el restaurante?— bramé después de que él cerrara la puerta mientras yo tomé asiento en la silla de mi padre. Flor quería decirme algo pero por todo el enojo que tenía con el italiano, solo me centré en querer matarlo.

—¿Qué no es obvio?— dijo —Te estaba defendiendo de ese tipo.

—Yo puedo defenderme de cualquier cabrón, no necesitaba tu ayuda.

—¿Y que querías que hiciera? ¿Eh?— respondió acercándose solo un poco al escritorio —¿Cómo crees que reaccionaría tu padre si supiera que no te defendí?

—Que te importe un carajo— dije cabreada —No eres nada mío como para preocuparte a tal punto. ¿Quién coño te dio el derecho de tomarte esos atrevimientos?— lo observé con mirada fija y asesina, ¿Quién le dijo que podría hacer aquello?

—Yo soy el mayor aquí, piccola. Tienes que obedecerme quieras o no.

—Lo que me faltaba— ironicé fingiendo una sonrisa —¿Crees que por ser el amigo de mi padre te puedes tomar esos derechos?— me levanté del asiento mientras lo miraba de una manera tan furiosa que podría clavarle un cuchillo si lo tuviera —Aquí la jefa soy yo, Benedetti. Que no se te olvide tu posición temporal en esta empresa.

—Pues no veo que hagas un buen trabajo, Volter— escupió pegado al escritorio fulminando con una mirada que ni le servía en estos momentos —Primero, se va tu padre y me dejas el trabajo a mi— empezó a relatar —Segundo, te defendí de un hijo de puta y ni eres capaz de soltar un gracias, ¿Qué sigue ahora?— espetó —¿Qué vendas la empresa que tanto trabajo le costó a tu padre mantener para vivir una vida de puro libertinaje?

Me encaminé a su lugar y le hice frente.

—A ti te importa una mierda lo que haga con mi vida, yo sola se cuales son mis problemas.

—¿A si? ¿Estabas de acuerdo con que un tipo se aprovechara de ti?— se cruzó de brazos —Porque si hubiera sido así, me hubieras dicho en un mismo instante que me apartara y listo. Te hubieras ido con tu socio ese para que pasaran una "romántica tarde"— hizo comillas con sus dedos —Mientras yo me encargaba de lo que realmente te debe importar.

—Jamás me hubiera ido con un cerdo como Lyons. Si hubieras dejado que yo le pusiera un alto, no tendríamos que pasar por problemas legales y de los cuales mi padre se enteraría. ¿Por qué te preocupa mi vida?

—Me enoja más el hecho de que cualquier hombre te toque o describa de una forma demasiado vulgar— respondió acercándose unos centímetros más —Me enferma el solo hecho de pensar que otro y tú...

De pronto cerró la boca en una fina línea y volteo la mirada. Yo estaba algo sorprendida ante esa revelación. De pronto en mi cabeza encajaron varias palabras y solo arqueé una ceja y hablé ante mi sospecha más obvia.

—¿Estas celoso?

—No— respondió sin mirarme y solo solté una carcajada muy falsa.

—Ahora tenías que estar celoso de un tipo en el que ni muerta me fijaría y te excusas con que no me defendía de él.

—En mi vida le tendría celos a una chiquilla como tú.

—Lo dudo mucho— dije firme —Actitudes como esas solo son de personas que tienen celos.

Por fin me observó y sonrió falsamente.

—¿De verdad creerías que estoy celoso? ¿Acaso el clima te esta afectando, Volter?

—Entonces, si no estas celoso como tu dices, ¿Por qué pensaste que me iría con un viejo que no conozco?

—No sería la primera vez que lo haces.

Lo último que escuché fue el impacto de la bofetada que le había dado. Leonardo me observaba con el ceño fruncido y podía ver que me maldecía en mil idiomas con sus ojos, pero no le daré el gusto de indagar en mis decisiones de con quien o no paso la noche.

—Eres un hijo de puta— respondí furiosa. 

Se tomó su mejilla un momento y observé que estaba muy roja, pero poco me importaba cuando me respondió de esa manera. Sin verlo venir, me tomó del brazo y me acercó a su pecho para verlo desde su altura.

—Me cobraré el golpe, Rubí— me soltó un poco brusco y salió de la oficina dando un portazo. 

Suspiré y traté de calmarme un momento para que los abogados vieran que hacer por la demanda que probablemente ya haya puesto Lyons. 

Un sonido me sacó de mis pensamientos y vi que eran unos mensajes de mi padre hace unos dos minutos.

Papá: Hija, me enteré lo que pasó en el restaurante. 

¿Estás bien? Puedo ir ahora mismo

También me enteré que tienes una cortada y Leonardo te llevó al hospital de tus tios. Si me lo pides voy ahora mismo.

No dudé ni un segundo en responderle.

Rubí: Descuida papá, estoy bien. Leonardo solo me defendió y me llevó para descartar otras cosas.

Emily me revisó y hablaré con los abogados para acabar cualquier tipo de relación con ese tipo. 

En el video él mismo relata sus intenciones y levantaré una denuncia para que no quiera usar su poder en otras mujeres. Tu descuida, todo esta bajo control, pero ¿vendrás para lo de mamá?

Tardó unos minutos en responder pero tuve varios sentimientos encontrados con su mensaje.

Papá: No sabía como decírtelo, pero regresaré el lunes, será el primer cumpleaños que no pase junto a tu madre. Antes de irme al aeropuerto, le dejé las flores que tanto le gustaban y hablé con ella. Sabes que me duele no pasar su cumpleaños con ella, pero se, de cierta forma, que estaría feliz de saber que estoy expandiendo la empresa de forma internacional.

Mamá sabía que el sueño de mi papá era expandirse internacionalmente, se que ella le manda su apoyo desde donde esta y que esta para nosotros en todo momento. 

Hablé un poco más con mi padre y los abogados aparecieron después de unos minutos. Entablé una conversación sobre lo previsto y viendo que en el video, el relataba lo que verdaderamente quería, le pesaría más a él y me ayudaron con la denuncia. Al final dijeron que llevarían todo hasta las últimas consecuencias, y entre otros temas, el acuerdo con Leonardo ya estaba listo y mañana vendrían él y sus abogados para firmar.

Había olvidado el maldito acuerdo que tenía con el italiano. 

Y como por arte de magia, me llegaron varios mensajes del mismo. Y con algo que no esperaba.

Benedetti: Oye, no era mi intención decirte eso, solo que me molestaba el trato con el que Lyons te clasificaba, por decirlo así. No es apropiado decírtelo por mensaje, pero dudo que quieras verme aún y con eso de que la prensa nos busca a ambos por el video, es menos favorable. 

Por cierto, ¿ya te dijeron tus abogados del contrato? A las 12pm estaré puntual en tu oficina.

P.d: ¿Te parece pedir comida cuando acabe la reunión como una ofrenda de paz? 

El primer mensaje estaba algo rencorosa pero a la vez no. Que se disculpe por mensaje es algo muy pequeño, pero la situación no estaba para cosas como estas. 

El segundo, sabía que llegaría puntual y contra eso no tenía nada.

Y el tercero me quería reír, pero pensé y le escribí una respuesta.

Rubí: Esta bien. Mañana nos veremos para el contrato y en la comida aclararemos lo que paso.




El mejor amigo de mi padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora