CAPITULO 37

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RUBÍ

Un mes después

Dios mio.

Hoy es mi boda. Hoy me caso con el amor de mi vida.

Ya tengo también dos meses de embarazo y apenas y mis bebés se notan, son muy chiquitos pero ya cada día su papá y yo los vemos en el espejo y notamos la diferencia. Ya habiamos anunciado nuestra boda, y había muchos buenos deseos, aun no queríamos anunciar el embarazo, queríamos disfrutar estos primeros meses, luego lo daríamos a conocer porque sería inevitable, pero queríamos también guardar algunas cosas para nosotros en familia. Mientras pienso en mis bebés, pienso en todo lo que hicimos para que este día fuera hecho realidad.

Mi papá se emocionó por la noticia, al igual que mis amigos y mi familia, y empezaron a ayudarme con la organización. Mis amigas y mi prima Emily serian las damas de honor, mientras que Jason, Paul y Victor Ferrara, el primo de Leonardo, serian los padrinos. Los vestidos eran de color coral y entre ellas eligieron el diseño de su vestido. Los hombres con su smoking y su moño de igual color que las chicas.

Conocer a la familia de mi prometido también ha sido sorprendente. Llegaron unos días antes de la boda y yo estaba muy nerviosa por conocerlos, en especial a Luisa Ferrara, la abuela de Leonardo, pero todo ha sido de maravilla. Ella me acepto como su nieta y dijo que estaba segura que mi hombre estaba con la mujer que siempre soñó. Hace mucho no veían a Leonardo desde que se está con nosotros, pero los emocionaba mucho saber que se casaba.

A decir verdad, no sabia que hacer el día de mi boda, en especial de la lista de invitados, apenas tenia contemplada a mi familia. Como mis amigas y yo íbamos juntas a todas partes, teníamos a los mismos amigos, así que los invitaron, luego otras personalidades del medio e hicimos una lista de a quien si, quien tal vez y quien no. En todo eso, resultó que la lista se cerró en 150 personas, me dijeron que no me preocupara de la recepción y la decoración, mi padre dijo que él haría las reservaciones de la iglesia y recepción, mientras que las chicas se encargaban de la decoración, solo tenía que responder preguntas de que me gustaría ver.

El vestido fue un regalo de mi padre, y mi hombre pagó el resto en un acuerdo él, como el maquillaje, accesorios, zapatos, ramo. Fui con las chicas a una tienda de vestidos de novia, además tiene un programa de televisión, y una diseñadora me hizo el vestido.

Me observaba en el espejo y veía el escote corazón con encaje, las mangas con encaje y transparencias, la espalda descubierta y el resto de mi falda era en silueta a. Mi cabello estaba recogido, haciendo que se luzca mi espalda y el resto del vestido, incluyendo el velo. Además, en las tradiciones de bodas no podía faltar el lema de "algo viejo, algo nuevo, algo prestado y algo azul". Lo nuevo era mi vestido, lo viejo era el collar de Luisa, lo prestado era una pulsera de mi tía Grace, pero aún faltaba lo azul.

En ese momento alguien tocó a la puerta, y era mi padre.

—Hija...— dijo mientras me observaba, se notaba en sus ojos la emoción de verme así —No puedo creer que estés apunto a casarte, amor. Recuerdo cuando te tenia apenas en mis brazos cuando eras una bebé y ahora eres toda una mujer que va a estar con él amor de su vida. No puedo creer que mi princesa se vaya a casar.

—Papá, no me hagas llorar— dije mientras retenía mis lágrimas.

—A tu madre le hubiera dado mucho gusto verte así, de blanco, caminando al altar, pero ella te tenía un regalo para este día— dijo mientras de su traje sacaba una caja —Ella quería que los usaras en este día. Fueron los pendientes que usó el día de nuestra boda, tienen un significado muy especial porque de esa unión naciste tu mi amor, nuestro mayor orgullo y regalo de la vida.

El mejor amigo de mi padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora