LEONARDO
Ya habían pasado unas cuantas semanas desde que había vuelto a ver a Rubí en esa fiesta, estaba más hermosa de lo que era en realidad. Verla me había causado sentir todo lo que solo ella me podía provocar, solo que esta vez sería diferente, la trataría como debió ser desde un principio.
Las cosas han mejorado, por una parte me alegro, pero por la otra quiero confesarle todo lo que siento y no tener que ocultar mis sentimientos por ella.
—Leonardo— dijo Jackson. Lo observé de nuevo, al parecer había dejado de prestarle atención por centrar mi mente en su hija.
—¡Qué paso?
—Te estaba diciendo que las ganancias van mejor de lo esperado— respondió levantándose de su silla para ir al mini bar —Haz estado muy distraído estos días, ¿te pasa algo?— sirvió dos vasos de whisky y me tendió uno.
—Tal vez sea estrés del trabajo— dije —Igual estamos sobrepasándonos, tal vez necesite solo descansar.
—Tienes algo más que eso, te conozco— dijo y frunció el ceño —¿Haz tenido al menos algo de una noche con alguien?— bebió de su vaso y me estaba atragantando con la bebida de mi vaso. Esas preguntas que las suelten como si nada siempre lo toman a uno desprevenido.
—No creo que sea eso.
—Díselo a alguien que no te conozca porque yo no me trago ese cuento, Leonardo— dijo y volvió a sentarse en su silla —Tu, Leonardo Benedetti, el divorciado más codiciado en Italia, no ha tenido una escapada estos últimos meses— negó con su cabeza y empezó a reír —Solo es tensión, ve y pasa la noche con una mujer y ya, no es nada del otro mundo.
—Para ti es fácil decirlo— bufé y tomé el resto del vaso de un golpe.
Mi mejor amigo frunció su ceño y habló.
—¿A que te refieres con eso?
Mierda. Lo dije en voz alta.
—Lo que quise decir es que tu ya tuviste a una buena mujer a tu lado y formaron una familia. Ahora que tu hija es adulta, tu puedes rehacer tu vida, ¿pero yo? no, no desde que Salma volvió a aparecer.
Mi amigo abrió grande los ojos.
—¿Esa bruja volvió a aparecer?— dijo asqueado.
Él y María saben de lo que hizo mi ex esposa para que los dejara hablando así de ella. Es un tema que nunca hablé con nadie más, pero aún el recuerdo me provoca el peor sentimiento de la vida.
—Tu sabes el porque no la quiero volver a ver, y por eso estoy como estoy, pero tu podrías volver a casarte y tener una linda vida. Yo desde que Salma hizo ya sabes que, no puedo pensar del mismo modo.
Suspiró y vino a mi lugar para darme unas palmaditas en la espalda.
—¿Alguna vez te haz preguntado porque no rehíce mi vida con alguien?
—Muchas veces.
Mi amigo suspiró y observó un punto vacío en su oficina.
—Cuando Elizabeth murió en el accidente, fui el más afectado por todo. Había perdido a la mujer de mi vida, a mi otra mitad, a la persona que más amaba en esta vida. Han pasado muchos años de eso, no digo que la olvido o algo así, pero una parte de mí se fue con ella.
—¿Y la otra parte?
—Se quedó aquí para ver crecer a lo único que me quedaba de ella, nuestra hija. Me concentré en criar a Rubí, era padre soltero pero seguí adelante por ella. No lo niego, soy hombre y he tenido encuentros de una noche, pero no quise volver a formar algo serio con alguien porque la única que me importaba era mi hija, y ella dice igual que me consiga a alguien, pero yo ya formé la familia que quería con mi mujer. La extrañaré siempre, de eso no hay dudas, pero solo Elizabeth Ritcher fue la única mujer en mi vida y así será siempre.
Suspiró y observó su reloj.
—Leonardo, te dejo, tengo que estar en diez minutos en la sala de juntas.
Y en ese momento en que abrió la puerta, Rubí estaba enfrente y se veía con cara de culpa, al parecer había escuchado parte de la conversación.
—Hola hija— dijo Jackson.
—Hola papá.
—Rubí, ¿te puedes quedar con Leonardo un rato en lo que yo tengo la junta?
Asintió sin decir palabra alguna y su padre nos dejo solos. El ambiente se sentia tenso, pero no el de antes, sino uno en el que ella había escuchado y quería saber que pasaba.
—¿Quieres hablar?— dijo ella en un hilo de voz pero si la escuché.
—Así que admites que escuchaste lo que hablaba con tu padre.
Rodó los ojos y se dirigió la silla de su padre. Le di una mirada significativa y bufó.
—Esta bien, si escuché toda la conversación— dijo y hubo un silencio un momento —¿Mi padre conocía a Salma?
—¿Segura de escuchar la historia? No quisiera que este viejito te aburra.
—Más joven esta mi abuelo— subió y bajo los hombros. Reí sarcásticamente por su broma. Me gustaba ese lado de ella, que tenia un humor negro en confianza y te podía hacer reír en ocasiones.
—Te resumiré la historia— dije —Salma era una mujer que diseñaba ropa para hacer sus propios atuendos. Conocía a sus padres por varios negocios y su padre buscaba a alguien para su hija, así que todo fue más que nada un matrimonio por contrato. Al principio aparentábamos un matrimonio perfecto, todo iba bien para que la gente nos viera como matrimonio, pero...
—¿Pero?
—Sucedió algo que nunca lo vi venir de ella. Lo que hizo me destruyó en el alma y tuvimos una pelea fuerte. No lo dude ni un segundo y firmé el divorcio, me alejé de todo el mundo y hasta ahora vuelvo a pisar el país, bueno, desde que...
Detuve mis palabras y observé a la castaña frente a mí. Su mirada aún reflejaba el dolor por el recuerdo con el que la había dejado en su apartamento.
Había un silencio entre los dos, hasta que ella rompió el contacto de miradas y habló.
—El pasado ya no importa, Leonardo. Hablamos con la verdad y eso es lo único que importa.
Quiso irse pero la detuve tomándola de la muñeca. Esta era la oportunidad para confesar todo de una vez, no volvería a perder a la dueña de mi vida. Eso ni pensarlo.
—Rubí, tengo que decirte algo.
—¿Que dirás? ¿Que lo pensaste otra vez y me restregarás en la cara lo que dijiste?
El dolor era claro en sus palabras. Pero no la haría sufrir otra vez.
Se alejó de mí como si mi cuerpo quemara, pero la volví a llamar, lo que provocó que girara y caminé a ella.
Era ahora o nunca.
Hoy le confesaría a Rubí que ella era la mujer que amaba en la vida.
hola holaa!!!
aquí volvimos con Rubí y Leonardo, y prepárense porque se viene lo bueno, de aquí en adelante se viene todo lo intenso y fuerte de esta historia ;)
ESTÁS LEYENDO
El mejor amigo de mi padre
Подростковая литератураUna salida de amigos. Un bar. Y una noche de lujuria desenfrenada. Fue todo lo que ambos necesitaron para que la que vida sellaran sus destinos. Rubí pensaba en nadamás que pasarla bien en un bar y ver que le deparaba la noche, pero no se imaginó q...