CAPITULO 11

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RUBÍ

—Rubí, el señor Benedetti y los abogados ya están aquí— habló Flor mediante el comunicador y les dije que pasaran. Hoy firmaríamos de manera legal el contrato y empezaríamos a ver cuales modelos de autos se exportarían de inmediato a alguna sede de Italia. También estaba algo nerviosa, Leonardo y yo hablaríamos de lo que pasó el día de ayer y verdaderamente espero una buena disculpa de su parte.

El pomo de la puerta giró y dos hombres pasaron mientras que Benedetti estaba detrás. Mis abogados se encontraban ya en la oficina, así que ambos tendríamos testigos legales por cada parte.

—Buenas tardes, señorita Volter— habló uno de los abogados estrechando mi mano en forma de saludo y los otros dos hicieron lo mismo.

—Señores— empecé a hablar una vez todos tomaron asiento —Como saben, hoy firmaremos de manera legal el contrato que unirá a Volter motors y Benedetti cars. El señor Benedetti y yo ya hemos hablado y todos los puntos los acordamos. Señor Jacobs— volteé a ver a uno de mis abogados —Usted y el señor Stevenson, ¿vieron algún detalle por la parte de Volter Motors en el contrato?

—No, señorita— respondió el segundo —Todo lo hemos corroborado y la empresa tiene todos los requisitos para entablar este contrato con la empresa del señor Benedetti.

—Por nuestra parte, señorita— habló uno de los abogados de Leonardo —Tampoco detectamos ninguna falla en el contrato. Benedetti cars sigue al pie de la letra todas las leyes para llevar a cabo el negocio.

—Les explicaremos como quedó el contrato final para que no existan dudas o malentendidos en algún momento— el rubio y yo asentimos y entre los cuatro empezaron a explicarlo.

—Este es un contrato mutuo en el que establece la relación laboral y autoriza la exportación de autos de ambas partes— habló Stevenson —Por lo que varios autos de Estados Unidos, irán a una sede en Italia y viceversa.

—El contrato estipula un tiempo indeterminado como periodo de prueba en el primer semestre— explicó el abogado del Italiano —Si durante ese periodo, no se obtiene la meta estimada, se puede hacer una renovación para otro periodo, ó, en dado caso, la anulación definitiva del contrato. La decisión será tomada por ambas partes.

—Al ser un contrato mutuo, ambos obtendrán las mismas ganancias y se distribuirá de manera correcta en ambas empresas. Si en algún punto, antes del primer semestre, quisieran anular el contrato, ambas partes no podrían colaborar de forma laboral hasta que pase un año de la anulación y la parte afectada tendrá que pagar una multa del 25% de las ganancias obtenidas en ese periodo. 

—Estoy de acuerdo— habló Leonardo.

—Opino lo mismo— respondí —¿Dónde debemos firmar?

Los abogados nos dieron las indicaciones y ambos firmamos los papeles que teníamos que firmar y después de una hora que fue la reunión, los abogados se fueron dejándonos al italiano y a mi solos. Regresé mi vista a los papeles que tenía antes y conforme pasaba el rato, sentía la mirada pesada de Leonardo.

—¿Dónde te gustaría comer?

Vaya forma de romper el silencio.

No dije nada y él suspiró.

—Entiendo que sigas enojada por lo de ayer, enserio, perdóname— dijo —Fui un completo idiota al hablarte así, no te mereces que te hablen de esa forma.

Lo observé desde mi lugar y siguió hablando.

—Acepta la invitación a comer como disculpas, pero tengo algunas razones para actuar como lo hice con el imbécil. No me justifico, pero solo quiero que me escuches y ya después decidas si me perdonas.

El mejor amigo de mi padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora