RUBÌ
Fui a la entrada de la casa mientras regularizaba mi respiración. Esto era un caos total y podía ponerse peor de lo que estaba.
Abrí la puerta y empecé a buscar con la mirada a mi padre, pero no estaba.
—¡Papá! ¡Necesitamos hablar!— alcé la voz, pero no escuché respuesta alguna.
Estuve buscando por su despacho, pero no lo vi ahí. Tampoco estaba en el jardín. El cielo se observaba cada vez màs oscuro y observaba la hora en mi teléfono, eran las seis de la tarde, y por las notificaciones vi que tenía màs de 20 llamadas de Leonardo. Iba a responder, pero escuché la voz de mi padre ordenándoles a los que ayudaban en la casa.
—¡Saquen esto de aquí, inmediatamente!
Apresuré mi paso hasta ir a la sala, de donde venía la voz de mi papá, y lo que presencié me dejó con la boca abierta. Vi al personal sacando mis dos maletas que tenía, cuando me quedaba en casa de mi padre, mientras mi progenitor estaba en la segunda planta, que estaba conectada a la escalera, con una cara de enojo que aumentó al verme.
—¡Papá!
—¡¿Qué carajos haces aquí?!— me gritó y volví a sentir mi corazón romperse màs de lo que estaba.
—¡Necesitamos hablar!— dije tratando de no llorar.
Soltó una risa irónica y empezó a bajar las escaleras.
—¿Hablar?— dijo del mismo modo cuando estaba enfrente mío —¡No me vengas con eso Rubí!— gritó —¡Fui un idiota todo este tiempo! ¡Ambos me vieron la cara como un completo imbécil!
—Papá, trata de calmarte. Se que estás alterado pero...
—¡¿Pero qué, Rubí?! ¡¿Me dirás que haga las cosas bien cuando tu no las hiciste desde un principio?!
Solté las lágrimas que se habían acumulado en mi rostro, pero necesitaba dejar cosas en claro. Sabía que era seguir echándole limón a la herida, pero preferiría dejar mi versión antes de que pensara cosas que no eran.
—Tienes razón en estar molesto— dije —Pero tampoco puedes pasarte toda tu vida ignorándonos a nosotros dos por ocultarte la verdad.
—¿Quieres que este feliz con esto?— espetó —Ustedes son unos traidores de lo peor.
—Si nos dejaras explicarte...
—Lo que vi fue suficiente para saber que ya tenían algo desde hace tiempo. Hagan lo que les de la gana, pero conmigo no cuenten para nada.
Giró para ir a las escaleras, pero lo detuve.
—Papá, por favor, deja que te explique bien— dije tratando de sonar lo màs tranquila posible.
—¡Ya déjenme en paz los dos!— vociferó —¡No quiero volver a verlos!— tomó las maletas que los empleados habían dejado en la escalera y las empujó a mi lado —Te largas de esta casa porque no quiero que vuelvas aquí.
—No me hagas esto por favor— dije con un nudo en la garganta.
Me dolía que mi padre actuará así, tenía motivos para hacerlo, pero me dolía muchísimo que me tratara de esta manera.
—¿Qué pensaría tu madre de esto?— dijo de pronto. La mención de mi madre me hizo retroceder varios pasos atrás y con lágrimas a punto de estallar —Estaría decepcionada de ti, por haberte enredado con alguien de esa forma.
Cuando quise parar, choqué con una mesa y una fotografía de donde estábamos los tres, mis padres y yo, terminó en el suelo, rota y de pronto escuché los truenos que se escuchaban afuera, la lluvia se escuchaba fuerte y mi corazón estaba màs que destrozado.
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El mejor amigo de mi padre
Teen FictionUna salida de amigos. Un bar. Y una noche de lujuria desenfrenada. Fue todo lo que ambos necesitaron para que la que vida sellaran sus destinos. Rubí pensaba en nadamás que pasarla bien en un bar y ver que le deparaba la noche, pero no se imaginó q...